sábado, 7 de diciembre de 2013

Capítulo 21. Temo perderlo para siempre


[Narra Lizzie] : 

Después de charlar con Gema, me encaminé hacia la habitación que compartía con Irene y Cell, y entré para dejar el ordenador, pero me encontré a Irene tumbada en la cama mirando el techo.
-¡Hey, cielo! ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? -me preocupé y me senté en su cama.
-Sí, Lizz. No te preocupes.
-A mí no me engañas, ¿qué te pasa? -insistí una vez más.
-Pues, verás... ¿Te acuerdas que el otro día mi madre nos sorprendió con cinco entradas para el último concierto del tour de los chicos?
-¡Oh, sí! Estoy muy ilusionada. -sonreí.
-Pues..., me da pena que se acabe el tour.
-Pero, Irene, vendrán otras giras y otros conciertos... No se acaba el mundo todavía. -y acto seguido me reí de manera tímida.
-Ya, lo sé. -esbozó una leve sonrisa. -¡¿Pero, y si después de este tour, Harry se olvida de mí?! Tengo miedo de que olvide que nos conocemos, de que me olvide en general.
-Irene, te garantizo de que no se olvidará de ti. Eres inolvidable. -le saqué una amplia sonrisa.
-Gracias, guapa. -me agradeció y se sentó enfrente de mí. -¿Y qué tal estás tú con Niall? ¿Va avanzando vuestra amistad hacia un paso superior? -y se rió por esa última pregunta.
-De momento sólo somos amigos, y eso me hace estar contenta.
-Pero, ¿no te gustaría poder besarlo o mandarle algún mensaje romántico y típico de enamorados?
-¡Claro que me gustaría, Irene! Me encantaría, me chiflaría, me volvería loca de remate... -y me reí. -Pero, si no puede ser, no puede ser.
-Lizz, tú te mereces alguien como Niall.
-Ya, pero a lo mejor él no se merece alguien como yo. -bajé la cabeza.
-Di lo que quieras, pero si no luchas no lo tendrás nunca. Si no le dices lo qué sientes, otra chica se adelantará y lo hará por ti. Si no te atreves, nunca sabrás si ha merecido la pena decirle lo qué sientes por él. -y me levantó la barbilla. Luego, ella se levantó de la cama de golpe. -Lizz, arriésgate, si no lo lamentarás toda tu vida. -y abrió la puerta de su habitación y salió dejándome allí dentro pensando en lo qué me acababa de decir. Con deliberación y premeditación cogí mi móvil y llamé a Niall, aún sabiendo todas las consecuencias positivas y negativas que eso supondría.

[Narra Belén] : 

Por la tarde, estaba en el sofá con Gema viendo una película romántica y de risa. Cuando ya llevábamos la mitad de la película vista, apareció Irene entusiasmada y se sentó en medio de nosotras.
-Hola, caracolas. -nos saludó.
-¿Qué dices, loca? -le pregunté riéndome por su entrada tan efusiva.
-Nada. ¿Es que no puedo ser simpática con mis amigas?
-Claro. -y me reí.
-¿Qué veis?
-Una película de risa y de amor. -le contesté poniendo una voz teatrera.
-¿Cómo se llama?
-¡Ay, no sé!
-Genial, veis una película y no sabéis cómo se llama... Esto sí que es alucinante. -abrió bien los ojos y después se levantó del sofá.
-¿Dónde vas? -la miré con gran atención.
-Me piro, vampiro.
-Pues vale.
-¡Ah, vale! ¿No me vais a echar de menos? -se giró.
-No. -la miré un segundo y luego volví a centrar mi atención en la televisión.
-Muy bonito.
-Adiós. -levanté la mano para despedirla.
Irene salió de su casa rápidamente. Después, me fijé que Gema se había dormido, por eso estaba tan callada. Le puse una manta por encima para que no tuviera frío y a continuación apague la tele para no molestarla. Luego, me dirigí a la cocina para ver si encontraba alguien con quién hablar o si no llamaría a Zayn para que me diera conversación. Lo echaba de menos.
Sólo habían pasado unos días desde que nos habíamos ido del hotel.

[Narra Lizzie] : 

Después de hablar con Niall y de decirme que si podía quedar conmigo, me preparé bien para la tarde. Dentro de media hora, Niall pasaba a buscarme y quería estar bien arreglada y vestida, y además, no quería equivocarme con esta decisión que acababa de tomar. Si Niall no se atrevía a contarme sus sentimientos, se los iba a explicar yo.


Después de asegurarme de que iba bien elegante, bajé deprisa las escaleras, y eso atrajo la atención de Gema que salía del salón.  
-Guapa, -me piropeó. -¿Dónde vas? 
-He quedado con Niall.
-Te has arreglado mucho, ¿eh? -se acercó a mí. -Incluso te has pintado, y eso en ti no es habitual. 
-Ya, es que se lo voy a contar. 
-¿Ah, sí?
-Sí, Irene me ha convencido. No puedo seguir viviendo así, con miedo y cobardía. Tengo que enfrentarme a mis mayores miedos, a mis temores, a él. 
-¿Le tienes miedo? -alzó una ceja. 
-No, Gema, no le tengo miedo a él, sino que temo perderlo para siempre, porque cuando le dices a una persona que la quieres más que a un amigo, la amistad que mantienes con esa persona ya no se vuelve a recuperar jamás. 
-No vas a perder su amistad.
-Esperemos que no. -me puse la chaqueta y me coloqué bien el bolso. -Deséame suerte. 
-¡Good luck, honey! -dijo cruzando los dedos. Luego, salí de casa de Irene, aunque Niall aún no había llegado. 

jueves, 31 de octubre de 2013

Capítulo 20. Los fantasmas de las ex novias de mi futuro novio


[Narra Gema] :

-Aquí lo tienes. -dijo la chica de la farmacia, que me sonrió tendiéndome la caja en una bolsa; la verdad, nunca me había imaginado comprando píldoras para el día de después en una farmacia, y menos en Doncaster. Cuando salí de la puerta y dejé de notar los ojos de la farmacéutica clavándose en mí, relajé los hombros. "Si, Gema, estas cosas impresionan. Tu madre piensa que te vas a casar virgen, si es que algún día te casas." Y era verdad, mi madre siempre lo creía, porque como bien dice ella toda orgullosa, "yo me casé virgen", y yo lo negué con la cabeza mientras me encogía de hombros. No podía esperar a llegar al hotel, así que saqué la cajita y me tomé una de las cápsulas; cogí mi botella de agua y me la tragué como si no hubiese un mañana. No sabía dónde iba a esconder esa caja, no sabía lo qué le iba a decir a Liam cuando lo viese. Por suerte o por desgracia nos tuvimos que marchar antes.

[Narra Irene] :

Mientras Belén y Celia no dejaban de estar en su nube de enamoradas, yo estaba tumbada en mi cama. Seguía mirando aquellos papeles pegados en el corcho de mi pared para que no se perdiesen. Resulta que mi madre quiso darnos una sorpresa y era que había comprado entradas para el último concierto de los chicos, el final de Up All Night Tour, porque como yo ya tenía entendido iban a sacar nuevo disco denominado Take Me Home.
El otro día a Louis no se lo ocurrió otra cosa que decir que habían empezado a grabar canciones del nuevo álbum y a todas casi nos da un chungo, especialmente a las cuentas que mencionaban a los chicos como Aurotioners, que no tardó en publicarlo.
Me paseé por el pasillo porque no tenía otra cosa que hacer.
-Gema... -y ella me miró y automáticamente se quitó los cascos que tenía en las orejas.-¿Te pasa algo con Liam? Lleváis unos días distantes.-y se puso nerviosa.
-No, bueno sí. -y acto seguido se quedó callada. -No lo sé, Irene. -y Lizzie no tardó en llegar, y a continuación, las demás la siguieron.
-¡Terapia grupal! -gritó Cell, como si esperase que un grupo más grande se pusiese alrededor de Gema en plan "Alcohólicos Anónimos".
-No, chicas, no quiero hacer ninguna terapia. -se mordió el labio.-Las cosas...
-Pensábamos que habíais arreglado lo de Sophia. -y ella asintió.
-Sí...-tragó saliva. -Chicas, Liam y yo nos acostamos. -y a todas nos sorprendió. En ese momento lo comprendimos todo; regla número uno: "el sexo no es una solución ante un problema".
-¿Te dolió? -preguntó Lizzie y ella rápidamente lo negó.
-En absoluto. Y si me hubiese dolido hubiese hecho que Liam parase. -e hizo una pausa para colocarse el pelo. -Lo peor es la sensación de vacío... -y yo había oído hablar de ella, cuando concentras tantos sentimientos de forma intensa, y después se acaba sientes una sensación de vacío y de abandono, por lo que al tío le correspondía abrazarte hasta que  te durmieras o no. -Pero bueno, no me dolió.
-Dios... -dijo Belén entre dientes. -Te has tirado a Liam Payne. -y Lizz le tiró un cojín a Belén.
-¡Qué compresiva que eres a veces!, ¿eh, Belén? - yo me coloqué el pelo y me acerqué a Gema.
-Ese es el problema, que me he acostado con Liam Payne. -murmuró.
-No con Liam... -y la comprendía, yo todavía veía a Harry Styles y no a Harry, pero sólo a veces.
-Pasé un mal rato cuando fui a comprar la píldora del día de después. -y todas abrimos bien los ojos. Liam, el caballero inglés. Liam, el que era el padre de los cuatro. Liam, el más dulce y sensato.
-¿No se puso condón? -y yo juraría que a Celia casi le da algo.
-No lo sé. No me fijé en eso. Fue todo muy espontáneo. -dijo Gema, que era una chica lista y sensata, y ya lo había demostrado.

[Narra Cell] :

-Sé que no puedes vivir sin mi. -dije saliendo al porche de la casa de Irene, dónde estaba Louis que sonreía.
-¿Sabes una cosa? Las vecinas de Irene están encantadas. -hizo que me riese. -Un día viene el rizos, otro yo, otro Zayn. Un día las veo acampando. -y me abalancé sobre él.
-Yo también lo creo. -y le di un rápido beso. -Oye, Louis... ¿Me harías un favor?
-¿A quién hay que matar? -dijo. "No tienes arreglo , Tomlinson".
-Quiero que me lleves al metro. Las chicas no me han llevado al Andén  9 y 3/4. -y Louis abrió la boca.
-¿Qué pasa? Soy potterhead con todo el orgullo que me cabe entre pecho y espalda. -y Louis se rió.
-Oye, que yo soy el hijo secreto de Albus Dumbledore y de la profesora Mcgonagall, y no voy alardeando por ahí. -y le miré desafiante.
-¡Creído!
-No lo sabes tú bien. -Pero cumplió mis órdenes. Salimos escopeteados hacía el metro antes de que lo cerrasen y nos hicimos fotos, a pesar de la inmensa cola, porque como dijo Louis: "Soy Louis Tomlinson, a mí me dejan colarme por ser el hijo ilegítimo" , y muchas fans caritativas dejaron que se colase; después,  él para agradecérselo se hizo unas fotos con ellas y les firmó un par de autógrafos.
Mientras íbamos de camino a casa, miles de preguntar me llegaron a la mente.
-Oye, Louis... ¿Llevabas a Eleanor al andén? -y abrió los ojos como si hubiese descubierto una gran verdad oculta.
-¿Eleanor? -se encogió de hombros. Todos conocían a Eleanor. Eleanor, la novia dulce y guapa de Louis; a la que le quedaba bien todo y que era un amor de persona. A diferencia de otras chicas, yo le tenía un gran cariño a Eleanor. -No sé de quién me hablas. -No me esperaba que Louis reaccionase así ni que fuese así, al fin y al cabo, los recuerdos siempre permanecerían en nuestra mente.
-¿Me estás vacilando, en serio? -y acto seguido me reí por su expresión que decía que me lo estaba inventando. En ese momento, el móvil sonó y levantó la mano.
-Son mis damas. Un momento. -y sonreí porque sabía que se refería así a los chicos. -Dime, Niall. -sonreía mientras hablaba con él. -Está bien, me pasaré a por una pizza. -y torció un poco la boca con lo que le siguió diciendo el irlandés. -Dile al hipster de Zayn que se compre él los cafés del Starbucks, yo no tengo mil manos. -y escuché un "¡Pero tienes un culo gigante, Tommo!de Harry. -Rizos, sé que te pone a ti y a todos. -y luego escuché a Zayn gritar "¡A Celia también!".-Estoy seguro de qué es lo que más le gusta.-abrí bien la boca. Louis era un creído, un chulo, pero era Louis; si no fuese así, no sería él. -Bueno, damas, tengo que dejaros. Luego, os llevo eso. ¡Adiós! -y se metió rápidamente el móvil en el bolsillo, y no volvimos a tocar el tema: "¿Qué narices había pasado con Eleanor?"

[Narra Gema] :

Me disponía a abrir un libro por dónde lo había dejado; la verdad, el libro no era mío, sino que era de Celia, ya que se trataba de su libro favorito y lo releía cada vez que quería, aunque como buena lectora siempre que viajaba llevaba un libro que nunca había leído por si las moscas. Hice un intento de leer pero no pude. Bajé a la cocina y me encontré a Lizzie ensimismada con el ordenador. Deducía que estaría mirando el twitter de nuestros amigos de España, a los cuáles echábamos mucho de menos.
-¡Hola, Lizz! -dije perezosa y me senté en una de las sillas de la cocina.
-¡Hola! -me sonrió, y luego, apagó el ordenador. -Iba a preparar té, ¿quieres? -y asentí.
-¡Qué fina te nos has vuelto, Lizz! -y sonrió. -¿Sabes una cosa? -y acto seguido cogí una taza con cuidado para observarla. -Los irlandeses no toman té.
-Eres muy tonta. -y nos reímos.
-¿No os habéis besado? -Lizzie era la única que mantenía una relación de amistad con Niall, ambos eran muy amigos pero yo apostaba a que se gustaban.
-¡Gema, somos amigos! -y me reí entre dientes. La verdad es que ahora mismo daría todo lo que fuera por tener la relación que tenían Lizzie y Niall por la inexistente comunicación que teníamos Liam y yo, en el fondo me enfadaba; Si nos hemos acostado somos novios. Hazlo público, ¿no? ¿Acaso me querías sólo para eso?, miles de preguntas me abrumaban y me enfadan. Podía echar humo por las ojeras debido a la confusión que esto me provocaba, todo esto hacía que no tuviese ganas de hablar con Liam ni ganas de verlo. Me cabreaba y me sacaba de mis casillas.
-Sabes que si sigues así vas a perderle, ¿no? -Una chica rizosa morena estaba sentada encima de la encimera de Irene, cruzada de piernas, esa chica era Danielle. Primero, me asusté cuando vi su sonrisa divertida y sus ojos clavándose en mí,"¿Cómo había llegado hasta ahí?". Dejé la taza con sumo cuidado en la mesa y me giré para ver a Lizzie, ella estaba mirando su móvil como si nada; luego, me miró y me sonrió automáticamente. "¿Acaso no la veía?" Rápidamente, me giré para poder seguir contemplándola, pero Danielle ya no estaba allí, es como si se hubiese evaporado.

sábado, 12 de octubre de 2013

Capítulo 19. Una pena que durmamos bajo el mismo cielo pero no bajo las mismas sábanas o... ¿Era al contrario?


[Narra Gema] :

Y ante nuestra mirada la carretera, que pasaba delante de nuestros ojos a velocidad de la luz. Las rayas blancas que señalaban los carriles parecían cortas estrellas fugaces debajo de nuestro coche. El paisaje que nos ofrecía Inglaterra ahora mismo era el mismo paisaje monótono, todo verde; y el cielo encapotado lleno de nubes grises parecía como enfadado por los feroces destellos blancos que desprendían. Creo que la madre de Irene se peleaba con la emisora de la radio. Delante de mi había otro gran destello que resonó en todo el estado de UK, para dar paso a una gran tormenta. Pero yo ya no estaba ahí para poder ver las primeras gotas.

-¡Kate! -dije corriendo hacia ella para abrazarla. No me esperaba a Kate y a Alice en el hotel de Doncaster ni mucho menos, con todo lo que nos había pasado con los chicos no pudimos quedar con ellas, lo cuál no significa que no lo hubiésemos pensado varias veces.
-¡Gema! -y me abrazó. Kate olía a rosas literalmente y siempre iba bien conjuntada. Las demás corrieron para abrazarlas y saludarlas.
-¿Qué pasa? ¿Qué margináis a Alice? -dijo Cell mientras la saludaba. Nos percatamos de que nuestros dos amigas no estaban solas, ya que había otra chica con ellas.
-¿Estáis haciendo de hadas madrinas? -dijo Lizzie refiriéndose a la chica que las acompañaba; era un término divertido, si una fan no podía conocerles, nosotras hacíamos algún "milagro" y hacíamos de hadas madrinas.
-¡Qué va! -dijo la chica de ojos color chocolate esbozando una sonrisa. Era realmente preciosa con un pelo marrón casi por la cintura, delgada, tipo tumblr. -En realidad somos íntimas. -y todas nos encogimos de hombros. -Con los chicos. -"¿Con los chicos?" -Soy Sophia. -Cada una le dimos dos besos. Mientras desayunábamos en el restaurante, parecíamos verdaderas señoritas inglesas, sobre todo por lo bien que se nos daba cotillear.
-Y dinos, ¿de qué conoces a los chicos? -pregunto Cell. "Sabía que no podría resistirse a preguntarlo." Sonreí mientras lo pensaba y luego me empecé a beber el té, que tampoco estaba tan malo pero no era algo que me volviese loca.
-Verás..., soy la chica de Liam. -Y esas mismas palabras chocaron contra mí, haciendo que me atragantase. Todas se quedaron con los ojos bien abiertos y pálidas. "La chica de Liam."
-¿Ah, sí? -dijo Irene intentando sobrellevar la situación. "La chica de Liam."
En ese momento, Kate me pasó una servilleta.
-Si, tenemos algo. -"La chica de Liam". Me había roto por completo y no pude acabar de limpiarme porque me levanté sin previo aviso.
-Voy... -"La chica de Liam." -A cambiarme. -Tenía que salir de allí antes de inundar todo el restaurante, así que salí corriendo. "La chica de Liam." 

[Narra Irene] :

¿Qué coño acababa de pasar?, fueron mis últimas palabras cuando nos despedimos de las tres inglesas y ellas también se despidieron de nosotras en el hall para irse de compras. Nos miramos las unas a las otras.
-No sería capaz. -dijo Cell. Aunque, Cell siempre defendía a Liam.
-Tenemos que hacer algo. -dijo Lizzie. -Antes de que vengan los chicos, antes de que todo esto explote.
-Nos ha explotado ya, chicas. -dijo Belén, que se colocó de forma correcta el pelo. -Gema está rota y los chicos... -tragó saliva. -Acaban de entrar por la jodida puerta del hotel. -y nos giramos en la misma dirección que miraba Belén.
-¿Se os ha muerto alguien? -comentó Niall de manera bromista. Sonreímos relajadamente para disimular. Harry me miró y nos preguntó entre dientes lo qué pasaba.
-Acabamos de ver a tu chica. -comentó Cell con toda la fuerza del mundo.
-¿Gema? -dijo Liam, quién se percató de que Cell se dirigía a él.
-No... -dije en voz baja y Harry se colocó detrás de mi.
-A Sophia. -y los chicos se quedaron blancos y estupefactos como nosotras. Ahora parecía que a todos se nos había aparecido un fantasma.
-Tío, tienes que hablar con Gema. -le comentó Louis torciendo la boca. -Esa arpía, bueno, en realidad comprendo ambos puntos de vista. -Todos le miramos. -Joder, tengo cuatro hermanas. -y continuó: -Sophia era un antiguo rollo de Liam. Después de que rompieran, cada uno se fue por dónde había venido y decidimos aclarar lo de quedarse en el hotel. -Al día siguiente, Liam se dirigió a la habitación de Gema y nosotras..., bueno, digamos que cada una se fue por un lado distinto.

[Narra Gema] :

"No volveré a abrirle mi corazón a nadie más", eran mis constantes pensamientos mientras me maquillaba las ojeras y los ojos. Había estado llorando, y mucho.
-Gema. -me susurró una voz que hizo que las heridas, que estaban recientes, se abriesen y escociesen más. Reconocí esa voz, era la de Liam. -¿Gema? -me repitió y le abrí la puerta.
-No tengo pensado cerrarte la puerta, así que pasa. -me metí en mi habitación y cerró la puerta.
-Oye, Gema... -se acercó a mí.
-No. -me distancié de él. -¡Es tu chica! -le grité.
-No lo es. Es cierto que tuvimos algo... -musitó.
-Cuándo estaba indecisa, ¿verdad? -ni siquiera levantó la vista. -Perfecto... -le dije irónicamente. Iba a reemplazarme.
-No es lo qué piensas. -y yo negué con la cabeza. En ese instante, no me apetecía seguir hablando con él.-¡No, Gema! ¡No significa nada! Cuando... -hizo una pausa. -Me dí cuenta de que tú eras más importante.
-¡Déjalo, Liam! Yo sólo soy la española que se irá a finales de verano. -hice una pausa. -Y ella es... -y me callé durante unos breves minutos. -¡No puedo competir contra ella!
-¡Joder! -me miró y clavó los ojos en mi, y éstos se clavaron en mi corazón a la vez. -¡Ya le gustaría a ella ser tú! -y acto seguido se acercó a mi cogiéndome de la cintura. -¿Por qué narices te crees que ha venido?- desvié mi mirada. -Gema... -y negué con la cabeza. -Yo te quiero solamente a ti. -y me besó y entrelazamos nuestras lenguas. Me levanto y enlacé mis piernas a su cintura. Recorrió mi cuello a besos hasta que encontró la cama, y luego le saqué la camiseta. Pasé mis manos por cada músculo de su espalda y torso hasta que después él me despojó de casi toda mi ropa. Besó cada parte de mi cuerpo desde el cuello hasta el ombligo consiguiendo el efecto que quería, que le desease más que nunca. Le pasaba la mano por la espalda y rugía en mi boca cuando me besaba. Mientras me mordía el labio interior se deshizo de mi sujetador, hasta que entró en mí, al principio sólo encontró el impedimento natural de toda chica que no había mantenido relaciones sexuales todavía, pero después no hubo problema en que embistiese lenta y placenteramente contra mi. Nunca creí que Liam pudiese dar tanto amor que el que me dio en ese momento y el que yo le dí a él. "Tal vez estaba equivocada con eso de amar", eso fue lo que pensé antes de que me desplomase contra su pecho y pasará sus brazos por encima de mi.

[Narra Cell] :

-¿En serio vais a dejarme solo en casa con mis hermanas? -dijo Louis divertido entrando con sus manos en los bolsillos que tenía en ambos lados de los pantalones.
-Estamos un poco apretados...-confesó Zayn intentando ahogar una de sus perfectas sonrisas. 
-Sois unos cabrones y todo porque os habéis...-dijo Louis, que tenía el valor de terminar la frase, y de hecho, le sobraban huevos para hacerlo pero se limitó a reír entre dientes. Mis cuatro amigas y yo observábamos impacientes la conversación. 
-Yo no soporto dormir otra vez contigo en la cama, tío. -dijo Liam, que le miró divertido. -¿Podríais dormir vosotros con un tío que salta en la cama, come palomitas y las esparce por la cama, y luego se tira al suelo, hace la croqueta, te  muerde, y ya después si le da la real gana se tumba como una persona normal para dormirse? -y Niall no pudo contener la risa y estalló en carcajadas, como todos. 
-No te rías, Niall. En realidad, te mueres de ganas por que duerma contigo. -y Niall le lanzó una miada sexy a Louis, y él asintió.
-Bueno, en realidad, me da igual, chicos. Pasar tiempo con mis hermanas no me viene mal. -hizo una pausa para recordar lo qué iba a decir pero... -Eso si...
-Haced el favor de usar precauciones. -le dijimos Louis y yo no en un tono muy alto. Los chicos se fueron después de un buen rato allí con nosotras y yo volví a salir con el skate, pero de repente, como un rayo apareció alguien cerca de mí, en el otro carril.
-Te echo una carrera. -me dijo Louis, y él acto seguido dio más impulso, y yo hice lo mismo.
-Pero... ¡Louis! ¿Cuál es la meta? -le grité a pleno pulmón.
-¡Mi nariz! -entonces me eché a reír y me limité a adelantarle, o al menos a intentarlo. Cuando ya lo hice, él se paró.-Vale. Has ganado. -se sentó en una acera que había cerca de nosotros.
-¡Coño..., pero si has fijado una meta! -me excusé.
- Perdóneme, usted, madame. ¿El Buckingham Palace es de su agrado como meta? -y levantó el dedo meñique.
-Me parece bien. -me senté al lado de él mientras él sonreía de forma pícara.
-¡Oh! -se rió en voz baja. -Lamentarás haberme retado. -Y es que Louis era así.
-¿Ya no estás enfadado? -fruncí los labios.
-La verdad es que debería tener un cabreo de cojones, nena. -y acto seguido hizo una pausa para mirarme. -Pero contigo no sé por qué narices no puedo enfadarme; lo cuál me toca bastante las pelotas. -y yo entrecerré los ojos mientras me mordí el labio inferior.
-No me llamaste, Louis, y se supone, my Lord, que las señoritas no tienen que esperar nunca. -y le guiñé un ojo.
-¿No tenéis que esperar? -se mostró estupefacto.
-Sí. -me encogí de hombros.
-¿No tenéis que esperar? -me repitió y eso empezaba a ponerme nerviosa.
-¡Sí, Louis! ¡Joder! ¡No tenemos que esperar! ¡Me cago en todo el Parlamento! ¡No voy a volver a repetirlo! -subió una ceja y me miró con la boca abierta.
-¡Vale! -y me besó de forma inesperada y súbita, pero no fue un beso cualquiera, ya que me devoró la boca rápidamente y nuestras lenguas se entrelazaron como nuestras manos. "¡Dios, Louis! ¡Gracias por no hacerme esperar más!", pensé. 

jueves, 3 de octubre de 2013

Capítulo 18. Sin Niall Horan, las directioners no podrían vivir


[Narra Cell] : 

Estaba tumbada en mi cama escuchando música de mi ipod cuando de repente oí ruidos al otro lado de la puerta, pero no les di importancia y seguí escuchando música tranquilamente, intentando dormirme. Pero esos ruidos externos fueron todavía más fuertes e insistentes, y me saqué los auriculares y dejé mi ipod guardado en un cajón. Luego, me acerqué a la puerta y escuché que alguien me llamaba, pero no por mi nombre de pila, si no por uno de mis apodos, un apodo que hacía mucho tiempo que no escuchaba.
-Sé que estás ahí, pompita. -se reía una voz masculina al otro lado de la puerta. Así que me armé de valor y abrí la puerta.
-¿Louis? -no daba crédito a lo qué veía. Después de haberle dicho eso cuando me crucé con él, aún se encontraba con fuerzas para hablarme.
-Hola, pompita. -me saludó y luego entró en mi habitación.
-Louis, no me llames así. -me irrité.
-¿Por qué? -me preguntó sentándose en la cama. -Es tu apodo, ¿no?
-Sí, pero así sólo me llaman...
-Tus padres. Lo sé. -me sonrió.
-¿Cómo...? -estaba realmente desconcertada y mis pulsaciones iban a mil por hora.
-No preguntes nada, solamente te digo que lo sé.
-¿Quién te lo ha dicho, que me lo cargo ahora mismo? -le miré fijamente apretando los puños.
-Eso no importa. -dijo desentendiéndose del tema. -Lo importante es si estás bien, ¿lo estás?
-Sí, ¿por qué no iba a estarlo?
-Bueno, porque el otro día tuviste una reacción muy extraña conmigo y quería saber qué te ocurre. -se interesó por mí.
-Estoy bien. -le contesté tímidamente. -Ahora puedes irte, que tú tendrás otras cosas que hacer y yo también.
-Celia. -me miró fijamente. -No finjas.
-¿Qué? No finjo.
-Ya, claro. -resopló. -Bueno, he venido a pasar el tiempo contigo y resulta que tú tienes otros planes. Como quieras, ya me voy, pero si necesitas algo, cualquier cosa, ya sabes dónde estoy. -y asentí, y luego bajé la cabeza. -Adiós, Celia. -me dijo levantándose y dirigiéndose hacia la puerta, y una vez fuera, él cerró la puerta y me dejó a mí dentro con la incertidumbre de qué debía hacer.

[Narra Lizzie] : 

Estaba charlando en la cafetería del hotel con Belén y Zayn, aunque yo no intervenía en la conversación porque ellos no paraban de discutir sobre quién cantaba mejor de One Direction.
-Bueno, dejémoslo en que todos cantáis bien. -dijo finalmente Belén sonriéndole.
-¡Ay, gracias, amor! -la besó en la frente y luego le revolvió el pelo.
-¡Qué empalagosos! -solté de repente, y entonces ambos se abrazaron y se besaron más todavía. -Bueno, como aquí no se puede mantener una conversación normal, me voy a otra parte.
-No, Lizz. -me suplicó Belén.
-Voy a dar un paseo para que me dé el aire. -me levanté de la silla.
-Te acompaño. -y vi a aparecer una dulce sonrisa de oreja a oreja y unos ojos azules claros, los mismos que miraba embelesada el otro día y que no podía sacármelos de la cabeza.
-¡Niall! -me alegré de verlo. -¿Qué haces aquí?
-Pues he venido con los chicos y estamos todos en casa de Louis.
-¿Y no estaréis muy apretados? -dijo Belén.
-Un poco sí. -le contestó Zayn.
-Pues cogeros una habitación en el hotel y así estáis con nosotras.
-Y así estoy contigo. -concretó Zayn mirándola.
-Ya empiezan.
-¿Qué pasa?
-Cuando se miran así, tienes que correr si no quieres ver esa escena tan personal e íntima. -le dije y luego eché a correr.
-¡Lizz, espera! -me llamó Niall. -Adiós, chicos. -se despidió y luego vino corriendo detrás de mí.

Cinco minutos más tarde...

-Pensaba que no pararías. -dijo exhausto Niall y sentándose en un banco.
-Puedo seguir corriendo, ¿eh?
-No, déjalo ya.
-¿Por qué? Así hacemos ejercicio. -le dije moviéndome con agilidad.
-Lizzie, no puedo más. -inspiró y espiró aire de sus pulmones.
-De acuerdo. -me senté a su lado. -¿Qué tal vas? -le pasé mi brazo derecho por su espalda y le di unos pequeños golpecitos.
-Podía estar mejor, pero no; he tenido que correr casi dos kilómetros aproximadamente detrás de mi amiga que no se detenía en ningún momento. -paró un instante de hablar y continuó: -¡Ay, qué me va a dar algo!
-Tranquilo. -lo calmé y le sonreí.
-Si me muero quiero que sepas que esto es por tu culpa. -y me reí. -No te rías, que es verdad. Si las directioners se quedan sin Niall Horan ya verás qué mal lo va a pasar el mundo entero.
-No será para tanto. -ironicé. -¡Venga, te echo una carrera para volver!
-¡¡¡Lizzie!!! -me gritó, ya que yo ya me había alejado bastante, y él, con lo débil que estaba, fue caminando hasta el hotel.

Cinco minutos más tarde...

-Te gané. -dije alzando los brazos y sonriéndole triunfante.
-Ya te vale. Ésta me la pagarás. -se acercó lentamente hasta mí y me lanzó una mirada amenazante, y yo me reí. Entramos en el hotel, y los vimos a todos juntos charlando muy animadamente, pero decidí ir a cambiarme de ropa, ya que había sudado mucho. -¿No vienes?
-No, ahora mismo no. Subo un momento a la habitación para ducharme y cambiarme de ropa.
-No te hace falta.
-Pero, ¿tú has visto cómo voy? -le señalé mi ropa.
-¡Preciosa! -me miró de arriba abajo, y me sonrojé ante ese comentario.
-¡No, qué va! -seguía aún ruborizada. -Ahora bajo. -me dirigí hacia el ascensor.
-¡Lizz!
-¿Qué? -me giré de inmediato, y él me hizo un gesto con los dedos que indicaban que me estaba vigilando. -¡Anda, Niall! Si al final te lo has pasado bien... -y acto seguido me reí. Él me miró alzando una ceja y negando con la cabeza. -No lo niegues. Conmigo nadie lo pasa mal. -y él me guiñó un ojo. -Chao. -y entré en el ascensor y perdí de vista esa cabecita rubia porque se cerraron las puertas.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Capítulo 17. A veces, Celia te mira y te desintegra en seco


[Narra Irene] : 

-¡Qué va, mamá! ¿Cómo quieres que sepa eso? -y mi madre me miró divertida, y es que puedo engañar a la mamá de España porque era una buena mentirosa, pero a mi madre no se le colaba ninguna, ni yo, ni mi padre, ni nadie del trabajo."¡Oh, Jesucristo, yo no sé como voy a ocultarte lo de Harry a mi madre! Harry, el chico de ojos verdes, el alto, ése que habla lentamente, ése que lo ves y te dan ganas de adoptarlo, o como diría ella "El de One Direction"; Señor, si me quieres ayúdame", y en mi cabeza otra voz me susurró: "Tienes a tus amigas, te encubrirán", y les mandé un saludo a esas voces mientras andaba por el vestíbulo del hotel. "¡Dios, Cell está haciendo demasiado efecto en mí".
-Eres una fan, ya que sabes hasta cuando van al baño. -me dijo en tono bromista, y es cuando entre mi madre y yo nos lanzamos indirectas, en tono de broma, y aquí todo el mundo se había de poner a cubierto.
-¿Pensabas que venían por mi? -me eché a reír. -Además, el mero hecho de que estén en Doncaster -hice gestos con las manos. -no significa que sea por mi, a lo mejor es por el hotel o yo que sé. Querían tomarse un descanso. -Ella asintió, y le expliqué todo esto porque tenía curiosidad.
- ¡Irene! -la voz del irlandés inundó la sala. No me dio tiempo a reaccionar porque vino corriendo hacía mí, y junto a él también estaban Zayn, Louis, Liam y Harry, que fueron los más rezagados, y luego se unieron al abrazo colectivo. Mi madre se alejó y me miró con cara de "Menos mal que no venían por ti y venían por Rita, la sirvienta de la cuarta planta", cosa que a Louis le pareció divertido.
-Te echábamos de menos. -me dijo Zayn en un tono llorón forzado.
-¡No podíamos vivir sin ti! -me dijo Louis con su voz más aguda de lo normal mientras seguía abrazado a mi. -Es que esto de que estéis tan lejos, a cinco calles de mi casa... -explicó mientras se despegó del abrazo, y a continuación, me miró. -¡Y qué no paséis a verme y que no me hagáis una visita es una mierda! -y ahí teníamos a un Louis en estado puro. Niall intentó aguantarse la risa hinchándose sus mofletes y se puso rojo.
-¿Qué haces en pijama? -me preguntó Harry que se acercó y me besó la frente.
-Me han despertado. -y me encogí de hombros, y poco a poco, Niall abrió bien los ojos.
-¡Imperdonable a quién haya hecho eso! -y mi irlandés me dedicó una gran sonrisa.
-De todas formas íbamos a hacerlo nosotros. -¡Shhh!, se oyó, y Louis le pegó una colleja a Niall.
-Yo no sé cómo lo hago pero acabo llevándome todos los golpes. -y eso provocó que todos nos riésemos.
-Vengo a despertar a Belén. -y me quedé mirando fijamente a Zayn.
-Pasillo quinto, puerta 368. -y acto seguido le di una tarjeta que valía para las habitaciones dónde dormíamos, sí, era una especie de llave maestra, aunque dormíamos en habitaciones separadas, pero luego acabábamos las cinco durmiendo en dos camas. Todos salieron corriendo por las escaleras, menos Liam, que iba con más tranquilidad; Harry y yo, que echamos a andar mucho después.
-Ya sabes que lo estamos pasando mal. -y era verdad, si uno estaba mal, a todos les afectaba y más si era a Liam.
-Lizz me había comentado algo. -me cogió ligeramente de la mano. -Pero bueno digamos que Gema se ha pasado todos estos días durmiendo. -e inmediatamente, me acordé cuando Lizzie me contó que iban a prepararle una cita a ciegas y mi reacción fue "no podéis hacerlo eso", y entonces Celia enfureció de repente y empezó a despotricar y a mandarnos a todas literalmente a la mierda, la verdad es que llevaba razón. Gema tenía que estar preparada, ¿y si no lo estaba y hacía trizas a Liam por su inseguridad?, ¿y si tenía miedo?, ¿y si acababa odiándonos?, y eran un montón de preguntas que me hacía, mientras Cell ladraba y nos desintegraba en seco. Afortunadamente, Gema cogió un gran catarro y eso le hizo estar en cama estos dos días, y me daba a mi que iba a ir a por el tercero. Me di cuenta que Harry había empezado a hablar e intenté seguir el hilo de la conversación. Harry y yo pasamos a mi habitación, nos tumbamos en la cama, nos desentendimos del mundo y nos dimos muchos mimos.

[Narra Belén] :

Se estaba tan bien en la cama, que aunque me despertarse me daba media vuelta y me volvía a dormir, hasta que noté unos ligeros toquecitos en mi cabeza:
-Toc, toc, toc. -me dijo una voz que me es muy familiar.
-Mmm... -y me revolví entre las sábanas, pero tiraron de ellas lo suficiente para verme la cara.
-Buenos días. -y sus ojos de color marrón intenso chocaron con los míos, ni siquiera le di importancia a que me había dado los buenos días en un perfecto español. Su sonrisa era inmensamente grande desde dónde estaba. Rápidamente me incorporé en la cama.
-¡Vaya! -dije sorprendida. -Creía que lo de los buenos días se había acabado ya. -Él bajó la cabeza riendo tímidamente. -Pero de todos modos, buenos días a ti también. -le hice sitio en la cama, y él se sentó cerca de mí. -¡Oye, Zayn...!
-¿Sí? -alzó una ceja y me acerqué a él ligeramente y nuestros labios se juntaron, y poco a poco nuestras lenguas se entrelazaron, y cuando conseguimos separarnos porque no nos quedaba suficiente aire le miré un poco sonrojada.
-El beso de buenos días. -y ambos estallamos a reír a carcajadas. Cuando acabamos se recostó sobre mi y volvimos a besarnos. Un rato después, escuchamos a los chicos corretear por el pasillo.
-Creo que debería ir a ver qué hacen... -me dijo casi entre dientes.
-Lo sucumbo. -y levanté la mano, y él también se levantó.
-Me parece que cuando vengas a Londres -hizo una pausa. Exactamente nos quedaban cuatro días para volver a Londres. -Deberíamos tener una cita en toda regla. -y salió de la habitación para dejar claro que no tenía otra opción, que no era una pregunta, si no una afirmación.

[Narra Gema] :

-¡Gema! -me dijo Harry entrando corriendo en mi habitación. Noté cómo se tiró en mi cama. La verdad es que yo seguía arropada, no tenía ganas de levantarme, me encontraba realmente mal. Y entonces me paré en seco cuando escuché la voz de Niall y la de Louis, y me di cuenta que estaban aquí todos. No sabía si salir de la cama. ¡Dios! Temblaba. Ahora mismo me importaba un carajo el resfriado. Liam se sentó ligeramente al lado de la cama, como si temiese volcarla. Intenté salir como pude de allí, pero estaban todos alrededor de mí.
-Buenos días, chicos. -dije por decir algo.
-¡Hey, Gema! ¿Qué pasa? -me dijo Zayn abriendo su mano para que se la chocara.
-Irene nos ha dicho que estás mala. -concretó Niall mientras cruzaba las piernas como un indio y estornudaba.
-Un poquito. -y el irlandés me mostró una gran sonrisa.
-Espero que te mejores, porque vamos, tienes una suerte. -me dijo Louis sonriendo entre dientes.
-Sí... -bajé la cabeza. Liam y yo no fuimos capaces de mirarnos, y es que según Cell, entre nosotros había mucha tensión, especialmente una sexual no resueltaLos chicos salieron corriendo sin motivo alguno, ya que irían a despertar a las demás, pero Liam se quedó conmigo.
-¿Estás bien? -sus ojos me taladraban el alma. "¿Estás bien?", esa pregunta resonaba una y otra vez con eco en mi cabeza.
-Bueno..., estoy mala. -"Pero en realidad, Liam, estoy hecha una mierda porque soy muy insegura, porque aún no me he decidido, porque me da miedo lanzarme, porque no sé si ya no me quieres, porque me siento mal. Ayúdame". Sonrió mientras asentía.
-Espero que te mejores... -y me mordí el labio y comencé a notar mis ojos vidriosos. Mis manos volaron hasta ellos y me los froté, fue un acto reflejo. -He estado pensando en ti. -y de repente, el corazón se me paró y luego se me aceleró. "En mí", en mi cabeza resonaban esas palabras. 
-¿Ah, si? -se acercó a mi. Agradecía que Liam no le diese importancia a mi tembleque. Teníamos nuestros rostros a poca distancia.
-Sí... -miró para mis labios.
-¡Gema! -gritó Louis haciendo acto de presencia delante de nosotros y nos separamos rápidamente.
-¿Qué, Louis? -y Louis no sabía cómo actuar, no sabía si pedir perdón o hacer que no se había dado cuenta de su intromisión.
-¿Qué apodo tiene Celia? -sonrió. Cell había tenido miles de apodos.
-Pues normalmente la llamamos Celia o Cell, pero sus padres desde los siete años hasta los diez la llamaban pompita. -y acto seguido Liam y Louis rieron tiernamente.
-Gracias. -y salió corriendo.
-¿Por dónde...? -pero no dejé que Liam acabase la frase y le cogí de la barbilla y le besé; la única que tenía que aclararse era yo, y ahí tenía mi muestra de fe absoluta.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Al habla una escritora, lectora y directioner.


¡Hola, chicas!

La verdad es que mi otra escritora no se espera que vaya a escribir esta entrada. Quería deciros que cuando empezamos a escribir esta novela no sabíamos lo que la vida podía depararnos, pero he deciros que Andrea y yo vamos a cumplir nuestro sueño. Ella en Barcelona, y yo en Madrid.
Os animo a seguir luchando por esto; yo llevo dos años y medio intentando conocerles, así que no os derrumbéis, en serio. No abandonéis vuestros sueños, Andrea y yo no lo hicimos.
¡Un beso!
Os queremos.

viernes, 27 de septiembre de 2013

Capítulo 16. Un paseo para olvidar los problemas


[Narra Cell] :

Estaba a unos escasos centímetros de mí, casi me rozaba el brazo y eso hacía que me estremeciese.
-¿Qué es lo que quieres, Louis? -me mostré perseverante con él.
-¿Es que acaso no puedo contemplar a una gran chica española? -me guiñó un ojo. Entonces, yo no pude evitar reírme. -¿De qué te ríes? Es verdad lo que te estoy diciendo.
-Vamos, Tomlinson, no me hagas reír. -le solté una sonrisa irónica.
-¡Vaya! Ahora me llamas por el apellido, ¿eh? -y asentí. -Me gusta, pero para compensar me has de decir el tuyo o algún mote...
-No quiero decírtelo. -me alejé de él. -No tengo tiempo para tonterías.
-¡Celia! -me llamó. -¿Se puede saber lo qué te he hecho?
-No me has hecho nada, de verdad. ¡Adiós, Louis! -me di la vuelta y me escabullí entre la multitud. Él me siguió llamando pero cinco minutos después se cansó de hacerlo.

[Narra Lizzie] : 

Estaba en el hall del hotel conectada al Wifi, y de paso veía las noticias importantes y mensajes de twitter. De repente, me llegó un mensaje directo de Niall Horan.
Hola. Sé que estáis en Doncaster, me lo ha dicho un pajarito. ¿Te apetecería venir a dar un paseo y así tomamos un café? Chao. XX. 
Lo leí y lo releí como unas seiscientas veces, hasta que por fin me digné a contestarle.
Claro, Niall. Tú dime la hora y el lugar. Chao. XX. 
Después de enviarle ese mensaje, Gema apareció en el hall con una camiseta larga que le tapaba sus manos y se la veía desanimada.
-¡Hey! ¿Qué te pasa, Gema? -me preocupé por ella, y me levanté del sillón para darle un abrazo.
-Nada, sólo que necesito dormir. -me dijo correspondiéndome al abrazo.
-Pero, ¿cuánto has dormido?
-No lo sé, no importa.
-Sí que importa. Dímelo. -insistí.
-Pues tal vez desde que hemos llegado y antes de llegar, en Londres, me pasé como tres días en la cama. Pero estoy bien, no te preocupes.
-No, Gema, tú no estás bien. -le dije. -Ahora mismo nos vamos a arreglar y tú te vienes a dar un paseo, te vendrá bien, ya lo verás. -la animé. -Y no estaremos solas. -alcé una ceja.
-No, Lizzie. -negó con la cabeza rotundamente. -Si me has montado una cita a ciegas con él, no pienso aceptarla. No voy a ir.
-¡Qué no, tonta! -me reí. -No vamos a ir con él, sino con Niall. Me acaba de mandar un mensaje para quedar y he aceptado.
-Pero él quiere quedar sólo contigo, y yo soy un estorbo.
-Tú no eres ningún estorbo. Eres la persona más dulce que he conocido jamás, y no quiero que cambies. Así que vamos a vestirnos, que Niall nos espera.
-Pero a mí no me espera, y no le va a parecer bien.
-¿Qué dices? ¡Claro que sí! Somos sus amigas, y además si tiene más compañía mejor, ¿no? -ella tenía la mirada clavada en el suelo. -Gema, te vendrá bien salir y olvidarte por un momento de él. -le levanté la barbilla y aceptó poco convencida mi invitación. Subimos hacia la habitación para arreglarnos y maquillarnos, y un cuarto de hora después ya estábamos preparadas. Justo en ese momento recibí un mensaje de Niall diciéndome el lugar en el que quedábamos y que a él le venía bien en ese instante.

Lizzie


Gema


Así que salimos de la habitación y bajamos en el ascensor hasta el hall. Allí nos encontramos con Belén e Irene, que estaban charlando y tomándose algo en la cafetería del hotel. 
-¿A dónde vais? -nos preguntó Irene mirándonos de arriba abajo. Ambas se pusieron con los brazos en jarra como si fueran a echarnos una bronca. 
-Pues hemos quedado con Niall. -le contesté yo porque Gema seguía todavía indecisa. 
-¿Y sólo os ha invitado a vosotras? -nos dijo esta vez Belén. 
-No, en realidad la ha invitado a ella. -murmuró Gema, cabizbaja. Ellas nos miraban con cierto asombro, ya que no entendían nada. 
-¡Chicas! Ya os lo contaremos cuando volvamos. Ahora nos tenemos que ir. ¡Chao! -me despedí de ellas.
-Adiós. -susurró Gema. Nos alejamos de ellas y salimos del hotel. Fuimos caminando hasta el lugar dónde había quedado con Niall, él todavía no sabía que venía Gema, espero que no se lo tomase mal. 

[Narra Cell] : 

Intenté esquivar a Louis yendo por las calles más estrechas, oscuras e inhóspitas. Lo conseguí, y después de dar tantas vueltas decidí volver al hotel para estar con las chicas. Tardé mucho más en volver que a la ida, pero cuando entré en el hall las vi muy animadas y riéndose. No quería estropearles ese momento y pasé de largo. 
-¡Cell! -me llamó Irene. -Ven. -y entonces me giré y me di cuenta que estaban preocupadas por mí. Irene se acercó hasta mí. -¿Estás bien? -yo seguía pensando en la conversación que mantuve con Louis. -¿Te ocurre algo? Te noto rara y un poco ausente. 
-Cell, ven a sentarte con nosotras y nos lo cuentas. -me dijo Belén desde lejos. Pensaba que no oía lo qué me decía Irene, pero por lo visto sí. Así que le pasé mi brazo derecho por encima de los hombros de Irene y fuimos hacia dónde estaba Belén sentada. Nos sentamos y les conté la conversación tan extraña que tuve con Louis. Ellas me intentaron animar cambiando de tema, e incluso cotilleaban sobre los famosos, sobre esas personas que no tuvieran nada que ver con One Direction. 

[Narra Lizzie] : 

Gema y yo llegamos hacia la parada de metro que me había dicho Niall, pero no lo veía por ninguna parte. 
-A lo mejor se ha olvidado. -me dijo Gema. 
-Ya, bueno... -suspiré. -Si no viene en cinco minutos, nos vamos a dar un paseo tú y yo, ¿qué te parece? 
-Bien, pero seguro que aparece. A ti nadie te da plantón. 
-No te creas. -le comenté. -A todos nos puede pasar eso alguna vez o varias en la vida. 
-A mí nunca me ha pasado. -y nos reímos. 

Media hora después...

-Lizz. -me dijo Gema. -Voy a buscar algo de beber y de comer a ese súper, ¿vale? -me dijo señalándome el supermercado de enfrente. 
-Vale, pero no tardes. 
-Descuida. 
Gema se marchó y yo me quedé allí sentada, en un banco cercano a esa parada de metro. De repente, noté el calor de unas delicadas manos que me tapaban los ojos. 
-¿Quién soy? -una voz me susurró en el oído. Entonces supe quién era. 
-El más tardón del mundo. 
-Disculpe, señorita. -me destapó los ojos. -Pero no he podido llegar antes. 
-Tranquilo. -me di la vuelta. 
-¿Qué tal? 
-Bien, ¿y tú? 
-Bien. -afirmó seguro. -¿Nos vamos? 
-Sí, pero antes espera un momento. 
-¿Por qué? 
-Espero que no te parezca mal, pero le he comentado a Gema que había quedado contigo, y ella no se encuentra muy bien, y para animarla la he invitado a venir, y ha aceptado. ¿Te parece bien? -le comenté con sinceridad. 
-¡Claro! -asintió. -¿Por qué no me va a parecer bien? -me dijo irónico. 
-Gracias. 
-¿Por qué? 
-Por dejar que venga. Además así se olvida un poco de sus problemas, que lo está pasando muy mal. 
-Ah, bueno... Como todos. 
-¿Qué quieres decir con eso? -le pregunté, pero Gema ya había vuelto con las bolsas en las manos. 
-Déjame que te ayude, Gema. -se ofreció Niall y le cogió un par de bolsas, casi todas las que llevaba. 
-Gracias, Niall. -se sonrojó. 
-No hay de que. -le sonrió. 
Niall y Gema iban delante hablando del tiempo que hacía y yo me mantenía al margen, detrás de ellos, con el móvil en la mano y leyendo algunos tweets. 

Una hora después...

-¡Chicos! -nos dijo Gema, después de haber tomado un café con nosotros en un bar. -Tengo que irme. -se levantó y cogió su bolso. -No quiero cortaros el rollo, porque habíais quedado solamente los dos, y además quiero descansar. 
-Pero, Gema...
-No te preocupes, Lizz. -me dio un fugaz beso en la mejilla. -Me voy al hotel. Pasadlo bien. 
-¡Gema! -la llamó Niall. -Después os llevo al hotel, tengo el coche aquí al lado, y no me importa llevaros. 
-De verdad, Niall, que no quiero. Además, me vendrá bien despejarme un poco y caminar, lo necesito. Gracias de todos modos. -dijo alejándose de nosotros y saliendo de esa cafetería. 
-¡Qué pena que se haya ido! Lo estábamos pasando tan bien... -soltó Niall de repente. 
-Ya, pues creo que yo también voy a irme. 
-¡Vamos, Lizzie! Tú no. No me hagas esto. 
-¿Hacerte el qué? -le miré atónita. 
-¿Es que te aburres conmigo? 
-¡Oh, no! No me aburro. 
-Pues lo parece.
-No es eso.
-Entonces, ¿qué es? 
-Nada. Olvídalo. 
-No lo voy a olvidar. En eso soy muy terco y tozudo. 
-Yo también lo soy. 
-Bueno, ¿me lo vas a decir o no? No tengo todo el día. 
-Déjalo, Niall. Voy a pagar esto y me voy. 
-Ya está pagado. 
-¿Qué? 
-Lo he pagado mientras ibais al baño, soy inteligente. -y al decir "soy inteligente" esbozó una gran sonrisa y luego se rió. 
-Bueno, pues gracias. 
-No hay de que. -me sonrió. -Venga, Lizzie, antes de que te vayas, dímelo, quiero saberlo. 
-Pues... ¿Recuerdas que te he dicho que Gema no estaba en su mejor momento? 
-Ha sido hace una hora, tampoco me olvido de hechos recientes. 
-Pues, tú me has dicho que todos estáis pasando un mal momento, y te pregunté qué querías decir con eso, y no he recibido respuesta alguna. ¿Por que? ¿Por qué eludes contestarme a eso? -me puse realmente insistente. 
-Lizzie, no lo evito. 
-Ya, sí, claro. -resoplé. 
-¿Me vas a dejar a hablar? 
-Continua. 
-De acuerdo. -afirmó y prosiguió: -No te contesté porque Gema venía hacia nosotros y no quería que se enterase y que se entristecería, ¿lo entiendes ahora? 
-Pero, ¿por qué se va a entristecer? No lo comprendo. 
-Porque Liam lo está pasando también muy mal. 
-Entonces eso es un buen motivo, y ella tiene que saberlo. Tiene que saber ahora mismo que a él le gusta. 
-¡Eh, para el carro, señorita! -me frenó. -Ellos han de decidirlo, no nosotros. No podemos hacer que se junten y que se enamoren. No podemos. 
-Pero podemos facilitarles las cosas. 
-¿Qué quieres decir? 
-Vamos a reunirlos en una cita a ciegas. -le planteé mi idea. 
-No sé... -me respondió con gran incertidumbre. 
-Venga, Niall, ayúdame. -le pedí. -Y si no sale bien, pues lo dejamos y que sean ellos mismos los que arreglen las cosas. -Estuvo callado durante cinco minutos hasta que por fin volvió a hablar. 
-De acuerdo. -asintió. -Acepto. -y me emocioné y le di un efusivo abrazo. -¡Vaya, Lizzie! ¡Qué contenta te veo! 
-A partir de ahora, puedes llamarme Lizz, como mis amigas. Pero sólo si tú quieres... -le sonreí. 
-Ok, Lizz. -me sonrió. -¿Me permites que te acompañe al hotel? 
-¡Qué caballeroso! -y me hizo una reverencia, y me reí. -¡Claro! 
Cuando llegamos a su coche, él me abrió la puerta del copiloto como un buen caballero y luego se subió él. Arrancó el coche y en ese instante comenzó a sonar Chasing Cars, de Snow Patrol, en la radio. Él empezó a tararear la canción y yo hacía ligeros movimientos, y cuando él no se daba cuenta le miraba embelesada. 


martes, 10 de septiembre de 2013

Capítulo 15. El último tango, y a Doncaster


[Narra Gema] :

-¡Despierta! -me dijo Celia dándome con su almohada. Me revolví entre las sábanas. "Mira, Celia, no podías elegir peor momento para despertarme", tenía muy mal genio en ese instante. -Gema, durmiendo no vas a conseguir nada, sólo consigues escapar del mundo real. -me destapó.
 Unos grandes ojos azules llenos de sinceridad e humildad me miraron.
-No es fácil, ¿sabes? -me había tirado los dos últimos días llorando a causa de mis nervios y de mis dudas. No sabía qué hacer.
-¿Me lo dices o me lo cuentas? -hice extraños gestos con sus manos. -Querida, no eres la única a la que le han besado. Yo, sin embargo, estoy esperando a que Tomlinson mueva su culo y me llame e intento no desesperarme. -"Sólo que ahora la que tiene que tomar una decisión soy yo". -Lo que a ti te pasa es que ves a Liam como tu ídolo, no como un chico de 20 años que quiere salir contigo. Piensas que vas a meter la pata y que vas a sacar tu parte más fan cuando estés con él, y eso es lo que te aterra. -"Joder, deberías ser psicóloga, Cell". -Pero él debe de tener en cuenta que está saliendo con un fan.
-De hecho lo tiene, me ha dejado tiempo para pensármelo. -jugué con un mechón de mi pelo. Odiaba ser tan indecisa, odiaba ser así. "Cell, por favor, dame lejía para beber". Me miró sonriente.
-¿Entonces? Lo tienes todo solucionado, chica. -y acto seguido se levantó y me dio un toquecito en el hombro. Cuando salió de la habitación entró Belén cantando la canción del rey león, sí, la primera que salía en la película:"Mi habitación es la estación de tren hoy". 
-Yo también me alegro de verte, Belén. Te echaba de menos. -y ésta me sonrió, y unos segundos después entró Irene con su sonrisa bobalicona de enamorada de la vida.
-¿Habéis hecho las maletas? -nos preguntó Irene.
-¿Nos estás echando? -dijo Lizzie entrando en la habitación.
-¿Sois retrasadas? -preguntó Belén con cierto tono de ironía en la voz.
-¡Belén, cállate! -le gritó Celia desde su habitación, y todas negamos la pregunta de Irene.
-Pues hacerla porque nos vamos cuatro días debido al trabajo de mi padre. -y rápidamente nos revolvimos para hacer las maletas porque salíamos en una hora.

[Narra Belén]:

-Cell, esto es una señal. -le dije y ella me fulminó con la mirada desde la otra punta del asiento. Daba gracias a que el coche del padre de Irene era familiar, porque si no tendríamos que ir dos en el techo de arriba, y no pensaba ser yo.
-De señales no se vive. -Las demás se rieron en voz baja. Todavía recuerdo la reacción de Celia de hacía dos horas; llevaba su monopatín al maletero cuando a Gema se le ocurrió preguntar a dónde íbamos; entonces Irene respondió que íbamos a Doncaster. A Celia se le cayó el monopatín de las manos y salió corriendo hacía al porche para agarrarse a uno de los postes blancos, "No me voy", gritó ella, mientras yo no podía parar de reír. Cuando tirábamos de ella, Irene nos dio el discurso de por qué no nos quedábamos en Londres, y a pesar de sus palabras amables, lo pillamos enseguida. Sus padres se iban para cuatro o cinco días al nuevo hotel que habían abierto debido a la gran cantidad de nuevos turistas. Vamos que gracias a Louis, Doncaster volvía a salir en el mapa de UK.  El padre de Irene tenía que revisar unas cosas, y la conclusión es que no se fiaban. Hacían bien, podíamos liarla un poco. La excusa de Irene fue buena: "¡Oh, vamos, chicas! Así podemos aclararnos y despejarnos un poco. De esa forma, claro que me convence. Y mientras volvía a la realidad, Zayn no hacía nada más que preguntarme por qué no estaba en casa de Irene.
-¿A dónde vais? 
-Pues, Zayn, nos vamos de viaje. ¿Por qué quieres saberlo? 
-Joder, tenía pensado ir hoy a despertarte yo mismo. XX. -¡Oh, Dios mío, Zayn! No me enamores, me dan ganas de bajarme del coche en plena autopista e ir a buscarte. 
-Lo siento, DJ Malik, pero nos vamos a Doncaster porque han abierto un nuevo hotel.-Y ahí se acabó nuestra conversación.

[Narra Cell]:

Cuando me bajé del coche, todo me recordaba a Louis. No presté atención al hotel antiguo que tenía delante, aunque también era digno de ver. Tan sólo miraba a mi alrededor pensando en Louis,"¡Oh, vamos, maldita cabeza, cállate!, fruncí el ceño y entré en el hotel. Observé la gran cantidad de turistas que había. Mientras subíamos a la habitación, una de nosotras rompió el incómodo silencio que se había formado:
-¿Sabéis qué? A lo mejor, los padres de Louis no están en Doncaster y han salido toda la semana para relajarse fuera. -comentó mirando el móvil.
-¡Oh, no! No podría vivir sin saber eso! -le saqué la lengua.
-Estás hablando con Harry, ¿verdad? -le preguntó Lizzie.
-Efectivamente. -le dijo Irene abriendo la puerta de la habitación. -Están aquí. -nos dijo casi susurrando.
-¿Qué? -le preguntó Gema.
-¿De verdad? -le preguntó Belén nerviosa mientras se tumbaba en la cama e Irene asentía.
-¡Anda, ya! ¡Qué os den a todos! -"¡Todo esto es demasiado casual!", pensé en aquel instante.
-Louis tiene que cuidar de sus hermanas porque sus padres se han ido -alegó Irene mientras recorría la habitación de un lado a otro, y yo, mientras tanto, cogí mi skate.
-Os dejo con vuestras hormonas alborotadas aquí. Me voy, a ver si me da un poco el aire y me mato en una cuesta o tal vez encuentro un convento y me hago monja. -les dije cerrando la puerta. Se oyeron unas carcajadas por detrás. Cuando salí cogí impulso y me metí por las calles estrechas de Doncaster. No me gustaba nada ir por las calles principales y grandes, no tiene ninguna gracia. Vi las típicas casas inglesas, y cuando giré por una calle vi un cartelito que ponía: "Tomlinson"; eso me indicaba que era la casa de Louis. Me puse realmente nerviosa que casi me hace perder el equilibrio con el skate. Vi a unas niñas jugando en el jardín, dos niñas iguales, "Las gemelas", no quería ni pararme, por lo tanto cogí impulso y pasé a toda velocidad por delante de esa casa. Escuché a algunas chicas exclamar algo pero no me dio tiempo a comprender lo qué decían. A los pocos minutos noté un ligero roce con el skate y miré hacia atrás, era Louis, que llevaba su camiseta gris de tirantes, sus pantalones cortos negros, sus deportivas y su gorro de lana azul. Cogí impulso con el pie izquierdo para dejarle pasar, pero no pasó y se quedó detrás de mí intentando parar mi skate, "Esto es la guerra, Tommo", pensé. Así que cogí aún más impulso para situarme más lejos de él, pero él me adelantó, y tras varios intentos de ponerse en medio, al fin me paró.
Me contempló con una sonrisa traviesa, casi enseñando todos los dientes.
-Esta bien, Louis, ¿qué quieres? -y nuestras miradas volvieron a cruzarse.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Capítulo 14. Confía en mí


[Narra Irene] : 

Cuando acabé de ducharme, me vestí y me maquillé. Elegí este vestido para ir a cenar con Harry, ya que él me dijo que me invitaba a cenar en algún restaurante de la ciudad: 


Cogí mi monedero y mi móvil y los metí dentro de mi bolso. Salí de mi habitación y cerré la puerta. Me encaminé hacia las escaleras con cuidado para que no se dieran cuenta de que ya estaba preparada, pero el ruido de los tacones provocó que diversas personas me observasen. Bajé despacio esas escaleras, y abajo estaban Gema, Lizzie y Harry charlando, pero Harry dejó de prestarles atención a ellas y levantó ligeramente la cabeza para contemplarme. 
-¡Estás preciosa! -me dijo una vez que yo ya estaba abajo con ellos. 
-Gracias, Harry. -me sonrojé y acto seguido le di un fugaz beso en los labios. -¿Nos vamos? 
-¡Claro! 
-¿Adónde os vais? -nos preguntó Lizzie inquisitiva. 
-A cenar. -le respondió Harry con una leve sonrisa. 
-Pero, ¿adónde exactamente? -insistió una vez más. 
-Harry me va a llevar a un restaurante que se come genial, ¿a qué sí? -le contesté esta vez yo, y miré a Harry esperando una respuesta, y él asintió seguro con la cabeza. 
-Pasadlo bien. -nos dijo Gema cuando cerré la puerta de mi casa. Fuimos caminando hacia el restaurante porque tampoco estaba tan lejos, y durante el camino, él me hacía preguntas de mis gustos y aficiones, y luego se las hacía yo. 

[Narra Gema] :

-¿Y ahora qué hacemos? -me preguntó Lizzie. Estábamos de pie, abajo de la escalera. 
-Pues, no lo sé, Lizzie. -me encaminé hacia el salón y me tiré en el sofá de golpe, y ella me siguió y me imitó. 
-¿Has llamado a Liam para quedar con él? 
-No, ¿y tú has llamado a Niall? 
-No. -lo negó con la cabeza. -Es que hemos quedado en que me llamará él. 
-¿Y vas a esperar a que te llame? 
-No sé si voy a esperar, pero tengo que hacerlo. -afirmó segura de sí misma. -¿Qué te parece si llamas a Liam y quedáis ambos y os vais a dar una vuelta? -le propuse mi idea. 
-¿Y tú qué? ¿Te quedas sola en casa? 
-Está Belén y Celia, así que por eso no te preocupes. -la tranquilicé. 
-No sé, Lizz. -le dije con cierta incertidumbre. 
-Llámalo. -me dijo. -Total, ¿qué te va a ocurrir si lo llamas? Que no esté, que no quiera hablar contigo, que no quiera quedar más veces contigo... 
-Vale, vale. -le dije para que parase de hablar. -Lo llamaré. -cogí mi móvil y busqué su número. Lo marqué con miedo y esperé unos segundos antes de escuchar su voz. 

-¿Sí? ¿Diga? -me contestó él con un suave hilito de voz. 
-¿Liam? Soy yo, Gema. Quizá no te acordarás de mí... -y él me interrumpió. 
-¡Gema! -me dijo contento. -¡Claro que me acuerdo de ti! 
-¿De verdad? -me sorprendí. 
-¡Claro! -asintió. -Hemos estado juntos muchas veces, contigo y con tus amigas. -afirmó con un tono de voz alegre. -¿Qué pasa? ¿Por qué me llamas? ¿Estás bien? -se preocupó. 
-¡Sí, sí! Estoy bien, ¿y tú? -y Lizzie me hacía señas por detrás para que le preguntara si podía quedar conmigo, pero no le hice caso y me metí en una habitación contigua y cerré la puerta para que no me molestase.
-También. -asintió seguro. -¿Y qué me cuentas? 
-Pues que en realidad te llamaba para quedar contigo. Sé que es un poco precipitado llamarte tan pronto, pero mis amigas me han insistido en que te llame, -no le dije quién me insistió para que lo llamase porque no me atrevía. -y te he llamado. ¿Te viene bien quedar hoy o mejor otro día? -le pregunté con miedo. 
-¡Claro que me viene bien quedar hoy! -me respondió alegre. -Te paso a buscar yo, ¿vale? -y asentí. -¿A qué hora te viene bien? 
-Me da igual, ¿y a ti? 
-Pues, quedamos a las 21:30, ¿vale? -y asentí. -¡Hasta luego! -se despidió y yo también, y colgamos al unísono. Salí de la habitación rápidamente para buscar a Lizzie, quería que me ayudase a arreglarme y a ponerme guapa. La encontré fuera, en el porche, mirando la puesta de sol. Me acerqué a ella y me senté a su lado. 
-¿Me ayudas a arreglarme? -le pedí educadamente y con una ligera sonrisa. Ella dejó de observar el paisaje y la puesta de sol para mirarme solamente a mí. 
-¿De verdad? -me miró sorprendida. 
-De verdad. -asentí convencida. 
-Pues entonces levántate, que tenemos mucho que hacer. -y acto seguido se levantó del banco de un brinco y me agarró del brazo para llevarme a la habitación. Estuvimos mirando diferentes prendas de ropa hasta que Lizzie dio con la apropiada. -Pruébate esto. -me dio un vestido corto para que me lo probase. Entré en el baño y me lo puse. Cuando salí con él puesto, ella me miró de arriba abajo y estuvo meditando algo durante unos breves minutos. -Te queda genial. -me hizo un cumplido. -Voy a buscarte un bolso mío fabuloso para la ocasión. -salió de la habitación y se dirigió a buscar su bolso. Me puse enfrente de un espejo y me miré de arriba abajo, tal como hizo Lizzie hace unos minutos, la verdad es que me quedaba muy bien. Ella volvió cinco minutos después con el bolso en una mano y me lo entregó. -Con este bolso te quedará bien el vestido. 
-Gracias, Lizzie. -le agradecí. -Eres una buena amiga. -y ella se ruborizó ante mi comentario. 
-Venga, ponte los zapatos, que te tengo que maquillar todavía. -me dijo ignorando mi comentario, pero lo había oído perfectamente. Me los puse y estuve dando un paseo por todo el pasillo con los zapatos de tacón y el vestido puestos para no caerme, tenía que andar recta y sin tropezar con nada. -Venga, Gema, date prisa. ¿A qué hora has quedado con Liam? 
-A las 21:30. 
-Pues, ven, que te maquillo, que dentro de un rato viene a buscarte, ¿no? -y yo asentí convencida. Me senté en una silla mientras Lizzie me ponía colorete en mis rosadas mejillas, y me ponía rímel en mis pestañas, y para acabar me pintó los labios de color rosa. -Ya estás. -me dijo dándome la mano para que me pusiera de pie y me mirase en el espejo. Me di la vuelta y observé el resultado final en el espejo.


-¿Qué te parece? -me preguntó porque quería saber mi opinión. 
-Eres una buena estilista. -la elogié diciéndole la verdad y lo qué pensaba realmente de ella. 
-Gracias. -me dijo ruborizada. -Ya estás lista. -me empujó hacia fuera de la habitación. 
-¡Eh! No me eches de mi habitación, Lizzie. -le dije refunfuñando. 
-No te quejes y baja, que en seguida llega Liam. -me cerró la puerta, quedándose ella dentro. Acto seguido bajé las escaleras y una vez abajo salí de casa para esperarlo en el porche. Me senté en el sitio dónde estaba antes sentada Lizzie y decidí esperar a que llegara. En diez minutos vi un cabello moreno bajarse de un coche y supuse que sería él, y no me equivoqué. Se acercó hacia mí lentamente, y cuando me vio, me sonrió con timidez y bajó la cabeza al suelo. 
-¡Vaya! -suspiró. -Estás muy guapa. -me dijo honesto. 
-Gracias, Liam. -le agradecí sonrojada. 
-¿Adónde quieres ir? -me preguntó levantando la cabeza para mirarme con gran atención. 
-Si quieres vamos a dar un paseo, ¿qué te parece? 
-¡Estupendo! -afirmó seguro de sí mismo y me dejó pasar y me abrió la puerta del copiloto para que entrara y luego la cerró, y después abrió la suya y entró en el coche, y después de cerrar todas las puertas arrancó el coche, y con ello, se encendió la radio, ya que antes de que me viniera a buscar, Liam estaba escuchando la radio en el coche y no la había apagado. Empezó a tararear la canción que sonaba en ese momento y yo le miraba embobada. 
No me di cuenta de que ya habíamos llegado a un parque para dar un paseo porque la forma en la que cantaba Liam las canciones me dejaba completamente embelesada. 
-Ya hemos llegado. -me dijo él bajándose de su coche y él se dirigió hacia la puerta por la que tendría que salir y me la abrió como un buen caballero. 
-Gracias. -salí del coche y él cerró la puerta. 
Fuimos caminando por el parque en silencio, ya que ninguno de los dos no sabíamos qué decir, pero decidí romper ese incómodo silencio. -Se está muy bien aquí, respirando aire fresco. -le dije extendiendo mis brazos y cerrando los ojos. 
-¿Qué haces, Gema? -me preguntó desconcertado y alzando una ceja. 
-Estoy sintiendo el aire puro en mi cara. Noto el aire de nuestro alrededor. Ya verás. Cierra los ojos y notarás el aire del que te estoy hablando, y si te quedas callado puedes escuchar el canto de los pájaros e incluso puedes oír varias conversaciones de personas ajenas. -y acto seguido él cerro los ojos y yo hice lo mismo. Estuvimos así callados durante diez minutos. 
-¡Qué divertido! -abrió los ojos, y yo también, y me sonrió. -Nunca había pensado que si cierras los ojos y te callas durante un buen rato oyes diferentes cosas.
-Pues sí. -asentí y me dirigí a un banco para sentarme. Él me siguió y se sentó a mi lado. 
-Ahora me toca a mí enseñarte algo. -me miró de reojo. -Ponte de pie. -me ordenó y yo dejé el bolso en el banco, y me levanté. Él se levantó también y se puso enfrente de mí. -Ahora cierra los ojos. -y los cerré de forma instantánea, y luego, él se colocó detrás de mí. -Déjate caer. 
-¿Qué dices, Liam? -le pregunté sorprendida. -Estás loco, que me puedo hacer daño. 
-Confía en mí. -y me dejé caer de espaldas hacia él y él me cogió. -Te dije que no te harías daño. Yo cumplo mis promesas. -y me di la vuelta y abrí los ojos. Estábamos ambos enfrente, mirándonos a los ojos tranquilamente. Él se acercó más a mí y rozó su nariz con la mía, me estaba dando un beso de esquimal.-Mira, así es como besan los esquimales. -me sonrió. 
-¿Y cómo besan los famosos? Es que nunca he besado a ninguno. -me atreví a formular esa pregunta y luego me arrepentí de haberlo hecho, pero Liam se me adelantó y me dio un largo beso en los labios, un beso repleto de amor, ternura, cariño y dulzura. Luego se separó de mí y me miró atentamente a los ojos. 
-Pues ahora ya has besado a un famoso. -y me quedé muda, no sabía que contestarle. -¿Gema? ¿Estás ahí?-me hizo aspavientos con las manos. 
-¿Eh? ¡Sí, sí! -reaccioné al fin. 
-¿Qué te ha parecido? -me miró risueño. 
-Emmm... -balbuceé. 
-Supongo que estarás un poco confusa ahora, y lo mejor será es que te lleve a casa. -se dirigió hacia su coche y yo le seguí cabizbaja. No me abrió la puerta, ya que esta vez la abrí yo. Fuimos durante todo el trayecto callados y sin decir ni una sola palabra. Llegó en media hora a la casa de Irene y bajé del coche. Subí las escaleras de la entrada lentamente, pero Liam bajó la ventanilla de su coche. 
-¡Gema! -me llamó y yo me giré inmediatamente. -Cuando te aclares llámame, ¿vale? -y no sabía qué decirle, y me di la vuelta y entré en la casa de Irene, y cuando ya estaba dentro, cerré la puerta rápidamente para no ver a Liam marcharse. 

miércoles, 21 de agosto de 2013

Capítulo 13. Riesgos que hay que correr


[Narra Belén] :

La historia que le conté a Gema empezaba todos los días con un "buenos días, preciosa" en un idioma distinto. Recuerdo que cuando me lo dijo yo pensé que no iba en serio, hasta que la mañana siguiente, Zayn me despertó con una nota de voz de whatsapp que decía: "Buongiorno, bella". A partir de ese día descubrí que las notas que me llegaban estaban en inglés, en español, en finlandés, en griego, en australiano, hasta que una mañana me llegó un "美しい、朝良い", y ahí me di cuenta que se le estaban acabando los idiomas.
"Precioso mensaje", pensé, y eso era original porque no me gustaba que me llamasen princesa.
Aquella tarde, Irene había salido con Harry, y cuando nos contó lo qué pasó supusimos que saldrían en serio. Dudaba en salir con el skate, ya que Celia no hacía nada más que estar pendiente de su móvil.
-Cell, ¿por qué no le llamas tú? -y ella me miró nerviosa.
-No, que me busqué él. -y me encogí de hombros. A ella no le gustaba nada ir detrás de los chicos, bueno, ni de chicos ni de nadie. Supuse que no saldría conmigo con el skate. Entonces, mi móvil comenzó a sonar, y lo cogí, era Zayn.
-Buenas tardes, preciosa. -y acto seguido se echó a reír, incluso pude notar su floja risa a través del móvil.
-Hola.-le contesté tímida.
-Me preguntaba si tenías algo que hacer esta tarde...-me dijo dudoso. Me di cuenta de que las chicas estaban alrededor de mí intentando escuchar algo de la conversación.
-No, nada.-le dije levantándome y entrando en otra habitación.
-Entonces, ¿quieres que quedemos para dar una vuelta? -y en ese momento sonreí involuntariamente.
-Está bien. Quedamos dentro de una hora, ¿vale? -le dije mientras me miraba en un espejo.
-Vale. Paso a por ti. -y colgó.

[Narra Irene] :

Cuando salí de mi casa, él estaba apoyado en unos de los pilares blancos de madera que sostenían el porche de la puerta. Llevaba unas gafas negras y en su camiseta ponía: "Hipsta please". Se quitó las gafas para mirarme con más cautela. Me encantaba la transparencia de sus ojos verdes, esa transparencia que decía "No he cambiado, soy aquel chico que trabajaba en una panadería". Tímidamente me acerqué a él, se me hacía raro todo.
-Hola.-se acercó a mi y pasó sus manos por mi cintura y me besó dulcemente, pude notar como sonreía en mitad de ese beso.
-Hola.-musité. Acto seguido, él me cogió de la mano y me abrió la puerta del coche. Mientras me ponía el cinturón, él encendió la radio.
-Y dime, ¿te apetece hacer pan? -sus ojos se cruzaron con los míos, y una gran sonrisa iluminó mi cara. Mientras arrancaba el coche supe a dónde me llevaba, y al saberlo puse una sonrisa pícara.

[Narra Belén] :

Cuando salí de casa, vi a Zayn subido en una moto negra, una Harley, con una chupa de cuero negra, unas gafas oscuras y una sonrisa resplandeciente.
-Hola.-le dije sonriendo y subiéndome a su moto.
-Espero que no te den miedo las motos.-y acto seguido giró su cabeza.
-¿Bromeas? Me encantan, tengo pensado recorrerme Italia un verano en una vespa. -y se rió dulcemente.
-Suena bien. Si luego necesitas a alguien que te de conversación durante el viaje llámame que voy contigo.-y un calor repentino me subió al cuerpo cuando Zayn me dijo eso.
-Me lo pensaré.-le dije sonriendo. Zayn giró los manillares para que la moto se moviera más rápido y para dar más impulso, y me agarró a él instintivamente.
-Pero agárrate a mi cintura, que a mí me gusta mucho la velocidad.-y hice lo que me dijo, y rápidamente arrancó. Decidió llevarme a dónde nos llevaba la carretera.
Más tarde después de tomar curvas a toda velocidad, nos cansamos y paramos en un parque. Comenzó a contarme anécdotas, y después opinó sobre el fandom.
-Te estás metiendo en territorio peligroso, Malik.-le advertí mientras me tumbaba en el césped.
-No creo, aunque yo no hago mucho caso de los dramas, pero creo que algunas de vosotras tenéis que estar cansadas.-y me reí ante su comentario.
-Algunas dice...-puse un tono irónico. -¡Muchas! Porque es levantarte un día y que haya uno.-y él me miró fijamente.
-Lo que más me gustaba eran vuestros TT´s, hasta que adiviné lo que era una chocho.-y me eché a reír a carcajadas.
-Bueno, esos momentos son los mejores...-hice una pausa.-¿Te acuerdas cuando se extendió el rumor de tu compromiso con Perrie? -y él bajó la cabeza y se rió con timidez.
-Ya ves, todo porque hicimos un año juntos y quise regalarle un anillo. El tatuaje se ha borrado.-y me enseñó el brazo. Entonces, me incorporé y me senté a su lado.
-¿Qué os pasó? -le dije en voz baja.
-Bueno, supongo que nuestras agendas no coincidían, no nos veíamos, y al final la chispa se acabó.-pestañeó con rapidez y miró para otro lado.-Ya encontraré alguna chica que esté dispuesta a quererme.
"Pues, hay miles en el mundo", pensé en aquel instante.
-Quererme es un riesgo que hay que correr.-me dijo guiñándome un ojo.
-Y yo soy una adicta a la velocidad.-le dije casi susurrando, pero lo había oído. Sus ojos marrones intentaron chocarse con los míos cargándolos de energía, si no fuera porque estábamos en un parque y porque había directioners cerca, nos hubiésemos besado.

[Narra Irene] :

Ante mí se encontraba la panadería dónde Harry había estado trabajando antes de "The X Factor". La había visto en muchas fotos. Me abrió la puerta para que bajase y en el corto trayecto a la puerta me cogió de la mano.
-¿En serio me has traído aquí para hacer pan? -le pregunté con un tono de voz divertido.
-Te recuerdo que un día me dijiste que te gustaban las citas originales, y como tu chico es un poco famoso, si te saco a pasear por un parque se montaría la tercera guerra mundial.-"Mi chico" , pensé, y la verdad es que llevaba razón.
-Tienes razón.-y asintió. Cuando abrió la puerta, Bárbara nos recibió con los brazos abiertos.
-¡Harry! -le dijo con un tono de voz familiar y le abrazó.
-¡Bárbara! -y ella me miró a mi.-¿Es tu chica? -y nos echamos a reír, pero Harry asintió sonriente.
-¡Encantada! Soy Irene.-y me abrazó a mi también.
-Y encima es española. Las españolas sois un amor de chicas. -y sonreí.-¿Y a qué venís? -se quedó callada durante unos instantes y luego continuó hablando.-¡Oh, Harry! Cuando dije que necesitaba ayuda me refería sólo a ti, si la has traído a hacer pan...
-Se llama ser original.-le dijo Harry riendo.
-Bueno, eso sí, porque nunca ha traído aquí a ninguna chica.-y Bárbara me guiñó un ojo al decir eso. Cogimos un delantal, me recogí el pelo con una goma y pasamos a la parte trasera.
-Te falta el gorro.-me dijo Harry y me lo puso él mismo. El se ató un pañuelo a la cabeza a modo de diadema.
Al cabo de un rato que llevábamos haciendo una especie de masa, me dijo Harry:
-Tienes un poco de harina en la cara.-y me dejó el moflete lleno de harina.
-Tu también tienes.-y acto seguido cogí un poco de harina con la mano, y le soplé echándole por encima.
-Ahora verás.-y me cogió de la cintura mientras se reía.
-¡No, Harry! ¡Suéltame! -y cogí un poco de harina y se la extendí por el pelo.
Lo que empezó con una cita acabó por una guerra. Quisimos parar de tirarnos harina porque ya estábamos muy blancos, pero eso provocó que nos cayéramos al suelo.
-Está siendo una tarde muy productiva.-me dijo, y yo me eché a reír.
-Si la panadería dependiese de nosotros...
-La arruinaríamos porque no haríamos casi nada de pan.-y asentí. Luego, me apartó la harina de la cara y me besó dulcemente. Cuando acabamos, Bárbara había preparado magdalenas para nosotros y nos las tomamos tranquilamente, y después me llevó a casa para que me pegase una buena ducha. Él me esperó abajo, en el salón. A veces oía como Celia o Gema o Belén se quejaban, me imaginaba que Harry no hacía nada más que chincharlas con Louis, Zayn o Liam; y Lizzie seguía sin aceptar su cita.

lunes, 19 de agosto de 2013

Capítulo 12. Cita doble


[Narra Irene] : 

Llegue en seguida a mi casa, y llena de emoción abrí la puerta y me fui corriendo a contarles a las chicas lo qué me había pasado. Encontré a Gema y Belén en el salón charlando y riéndose de algo. Las interrumpí cuando abrí la puerta del salón.
-¡Hola, chicas! -las saludé muy animada y emocionada. -¿Qué tal? -les pregunté sentándome en el sofá junto a ellas.
-¡Hola, Irene! -me saludó sonriente Gema. -Pues bien, ¿y tú qué tal? Te has marchado corriendo de casa y no nos has dicho a dónde ibas.
-¡Ah! ¡Eso! -asentí con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Y esa sonrisa a qué se debe? -le sorprendió a Belén. -Gema, creo que alguien nos tiene que contar novedades. -se miraron con complicidad. Entonces, me crucé de piernas y me aparté el pelo de la cara para explicarles lo qué me había sucedido.
-A ver, chicas... -les empecé a explicar mi gran historia con Harry, es decir, desde la primera vez que lo vi salir del programa hasta cuando me acompañó al taxi.

[Narra Lizzie] : 

En diez minutos llegue a la cafetería, pero aún no veía a Niall por ninguna parte. Lo busqué con la mirada por todos los lados y rincones pero no lo encontraba, hasta que de repente, sin previo aviso, alguien me tapó los ojos. Rápidamente me giré para ver quién era esa persona y delante de mí vi unos ojos azules claros y un cabello rubio que se movía con el poco viento que había. Mis mejillas comenzaron a sonrojarse y me empecé a poner bastante nerviosa. Nunca habíamos estado tan cerca el uno del otro y nunca habíamos estado solos.
-¡Lizzie! -exclamó él haciendo aspavientos con las manos. -¿Estás ahí?
-¿Eh? -reaccioné al fin. -¡Sí!
-¿Qué tal estás hoy? -me preguntó risueño.
-Bien, ¿y tú? -seguía ruborizada.
-Muy bien. -asintió sonriente. -¿Habéis visto la entrevista? -y asentí. -¿Qué tal lo hemos hecho?
-¡Fenomenal! -es lo único que se me ocurrió decir en aquel momento.
-Gracias. -me agradeció con una ligera sonrisa y sin dejar de mirarme con esos ojos azules. -¿Qué te parece si entramos?
-Me parece una buena idea. -afirmé. -Es más, a eso hemos venido, ¿no?
-¡Claro! -se rió.

[Narra Cell] : 

Me encontraba en Piccadilly Circus a la hora exacta que me dijo Louis, a las cinco y media, y no había llegado tarde. Ahora el que llegaba tarde era él. Estuve esperándolo cinco minutos más hasta que lo vi llegar con su gorro preferido y su skate debajo del brazo. Nos miramos e intercambiamos un saludo amistoso, es decir, chocamos nuestras manos.
-¿Qué hay? -me preguntó chocando su mano con la mía.
-Pues nada en particular. -afirmé. -¿Y tú qué tal?
-¡Genial! -afirmó contento. -La entrevista ha estado espectacular, sobre todo me ha encantado cuando el presentador nos ha sacado a bailar la macarena.
-Sí, eso fue lo mejor del programa. -y ambos nos reímos. Acto seguido me quedé callada durante unos instantes y bajé la cabeza. ¿Por qué me ponía tan nerviosa Louis? ¿Cómo lo conseguía?
-¡Cell! -me llamó. -¿Te pasa algo? -se preocupó por mí.
-¿Eh? No, no. -volví a la realidad. -Estoy bien.
-Vale. -asintió poco convencido. -Pues entonces si estamos todos bien, ¿qué te parece si practicamos un poco con el skate? ¿Lo has traído? -y se lo señalé. -Vale, pues vamos allá. -y dio un salto con su skate, y yo le imité.



[Narra Lizzie] : 

Después de entrar en la cafetería buscamos un sitio tranquilo para charlar, y cuando lo encontramos nos sentamos al unísono, uno enfrente de otro. En seguida vino una camarera de pelo largo rubio atendernos.
-¿Qué queréis? -nos preguntó y me fijé que ella no dejaba de mirar a Niall. Llevaba una libretita en una mano y un bolígrafo en la otra.
-Yo quiero una voll damm. -le pidió Niall con una leve sonrisa.
-¿Y tú qué quieres? -me preguntó sin mirarme.
-Una coca-cola, por favor. -le pedí con toda la educación del mundo, y después de apuntarlo se marchó con cara de asco después de mirarme. Entonces, me entró una gran tristeza y pena por esa actitud que adoptó.
-¿Estás bien, Lizzie? -Niall notó en seguida qué me pasaba algo.
-Sí, no te preocupes. -lo tranquilicé. La camarera volvió con nuestras bebidas y nos las sirvió. A Niall le guiñó un ojo y le dio un papel doblado, que debía de contener información, y a mí me sirvió la bebida con la misma cara de repugnancia de antes y se marchó atender a otras mesas.
-Mmm. -me dijo pasándose la lengua por sus labios. -¡Cómo necesitaba esta cervecita!
-Y yo esta coca-cola. -me reí y bebí un sorbo de mi bebida.
-¿Qué te parece si pedimos algo de comer? -me propuso su idea.
-¿Siempre tienes hambre o qué? -le pregunté sorprendida.
-Sí, siempre. -asintió convencido. -¿Es que acaso no me conoces?
-¡Sí! Un poco.
-¿Cómo que un poco? -me miró sorprendido. -Yo, sin embargo, te conozco.
-¿Ah, sí? -lo miré desconcertada.
-Sí. -asintió seguro. -Sé varias cosas de ti.
-Pues desembucha.
-Eres tímida porque una persona extrovertida no se sonrojaría al verme. -y asentí con la cabeza. -Eres muy risueña porque te vi que te reías mucho con tus amigas. -y volví a asentir. -Eres directioner.
-¡Evidentemente! Eso no se duda.
-Yo no lo he dudado.
-¡Ah, vale! -y me reí.
-Ok! -afirmó y continuó. -Eres una buena persona y generosa. También te gusta bañarte en la piscina y me dijiste que te encanta escribir.
-Es una de mis pasiones.
-¿El qué?
-Escribir. ¿Qué va a ser?
-Yo que sé. -se tomó un descanso y se bebió lo que le quedaba de la cerveza. -Creo que necesitaré otra cerveza para decirte todo lo qué sé de ti.
-Tampoco sabes tanto de mí.
-¿Y tú de mí?
-Más que tú de mí.
-Empieza.
-De acuerdo. -asentí y le expliqué todo lo qué sabía de él, desde cuándo es su cumpleaños, dónde nació, cuántos hermanos tiene, cuándo y dónde se hizo famoso, hasta le conté que su mejor amiga era Demi Lovato, bueno, que era una de sus mejores amigas y que hablaban constantemente. Pedimos otra cerveza y otra coca-cola a otra camarera distinta, la que nos había atendido antes ya se había ido, ahora era el turno de otra chica más maja. Además, pedimos patatas fritas, croquetas y patatas bravas, y mientras tanto, nos contábamos cosas personales nuestras y así sabíamos más cosas del uno y del otro. La camarera a la que le pedimos la cerveza, la coca-cola y la comida nos sirvió las cosas amablemente y se fue. Nos comimos las patatas y nos tomamos nuestras bebidas entre risas y tonterías de Niall, ya que su risa era contagiosa y me encantaba escucharla. Cuando acabamos la comida, él pagó todo porque no me dejó a mí pagarlo y salimos de allí haciendo tonterías. Nos hicimos alguna que otra fotografía y me acompañó a la casa de Irene. Nos detuvimos enfrente de la puerta y él se acercó mucho a mí.
-¿Qué haces, Niall? -me aparté un poco de él y lo frené.
-¿Eh? Nada, nada. -se alejó de mí bastante y agachó la cabeza. Se puso su mano detrás de la nuca y se la rascó. -Ya nos veremos.
-¿No quieres entrar? -le ofrecí pasar porque tampoco era tan tarde.
-No, mejor otro día. No quiero molestaros.
-No molestas.
-Ya, bueno... -se sonrojó. -Pero seguro que tenéis que poneros al día y contaros cosas.
-¡Niall! -lo llamé. -¿De verdad no quieres entrar? -volví a insistirle.
-¡Qué no! -negó con la cabeza un par de veces. -Lo he pasado muy bien contigo. Espero repetir esto algún día.
-¡Claro! -asentí con una ligera sonrisa. -¡Adiós! -me despedí alzando la mano y entré en casa. Me dejé caer al suelo y de manera inconsciente sonreí, porque sentía una gran felicidad al salir con Niall. Luego, me levanté del suelo y fui a buscar a las chicas. Les quería contar lo qué me había ocurrido.

[Narra Cell] : 

Seguimos practicando con el skate hasta que Louis se fue a sentar a un banco que había por allí cerca.
-¡Hey! ¿Qué pasa? -le pregunté acercándome a él con el skate en una mano.
-¿No tienes hambre? -se levantó y se dirigió a un puesto de helados. -Me voy a comprar un helado, ¿tú quieres uno?
-Sí. -asentí y me senté en el banco dónde estaba sentado Louis. Él volvió con los helados y se sentó a mi lado.
-Espero que te guste el sabor de chocolate. -me dijo dándome mi helado.
-¿Qué dices? Me encanta. -le contesté contenta y repleta de emoción y alegría. Se lo cogí y me lo empecé a comer. -¿Te debo algo?
-No me debes nada. Esto te invito yo.
-Pues gracias. -le agradecí sonrojada. Seguí comiendo mi helado hasta que Louis me quitó algo que tenía en la mejilla. -¿Qué haces? -paré un momento de comer y lo miré.
-Es que tenías una cosa en la mejilla, pero ya te lo he quitado. -se disculpó y luego comenzó a tomarse su helado.
-¿Seguro que me lo has quitado? -le pregunté insegura.
-¡Qué sí! -asintió. -¿No te fías de mí?
-No sé, no sé... -le respondí dudosa. Entonces, él dejó de tomarse su helado para mirarme atentamente. Se acercó lentamente a mí hasta quedarse a dos centímetros de mí, es decir, estaba muy cerca de mí, ya que podía notar su respiración acelerada y podía ver el sudor que le recorría toda la cara en un día caluroso como el de hoy.
-¿Ahora te fías de mí?
-¿Por qué me tengo que fiar ahora y no antes?
-Porque estoy muy cerca de ti y no te he besado.
-¡Ah! Entonces eres un gran caballero. -y él me sonrió. -Sí, se puede confiar en ti. -le comenté con sinceridad.
-Ves, eso era lo que quería demostrarte. -se apartó y volvió a la posición en la que estaba antes tomándose un helado.
-¿Ya te alejas de mí? ¡Qué no tengo la peste! -le dije decepcionada.
-Ya lo sé, boba. -se rió. Se volvió a acercar a mí. -¿Así mejor? -y asentí. Entonces, él hizo algo que no esperaba hacer en ese mismo instante. Al acercarse tanto a mí, chocó su nariz con la mía y no pudo evitar besarme. Fue un beso dulce, cariñoso, afectuoso y largo. La verdad, es que me gustó mucho, y no sólo por el hecho de estar besando a Louis Tomlinson, mi debilidad de One Direction, si no porque él me hacía sentir especial y única y no quería que ese beso se acabase. Pero acabó, y nos miramos a los ojos y nos quedamos en silencio durante diez minutos. Luego, nos acabamos los helados y me acompañó hasta la casa de Irene. Íbamos tranquilamente caminando, y de repente, él me cogió de la mano y lo miré. Ese gesto por parte de él me encantó y me enamoré más de él, más de lo que estaba. Llegamos a la casa de Irene en veinte minutos y nos despedimos en la puerta de su casa. Se puso enfrente de mí y me volvió a besar, pero este beso fue más breve que el primero.
-Te llamaré. -me dijo tirándome un último beso al aire antes de irse calle abajo. Me metí dentro de casa y me fui corriendo a ver si encontraba a las demás para explicarles la cita que había tenido. Estaba tan emocionada y contenta que quería que lo supieran mis amigas.
Las encontré a las cuatro en la cocina riéndose y haciendo tonterías.
-¿Qué hacéis? -les pregunté cuando entré en la cocina.
-Nada, nada. -me dijo Lizzie riéndose. -¿Dónde has estado?
-Si yo os contara...
-Cuenta, cuenta. -me pidió Irene intrigada.
-De acuerdo. -asentí y les expliqué la cita que había tenido con Louis y les dije que me había besado.
-¿Qué? -se sorprendió Gema.
-Lo que oyes, Gema.
-¿Volverás a salir con él? -me preguntó Belén. -Dime. ¿Volverás a verlo? -me dijo una vez más.
-Pues no lo sé. -le contesté dudosa. -Él me ha dicho que me llamará.
-¡Seguro que en seguida te llama! -me dijo esperanzada Lizzie.
-¿Y a qué no sabes quién más tuvo una cita hoy? -me dijo Irene y todas miraron a Lizzie.
-Eso no fue una cita. -nos dijo Lizzie.
-¿Tú? -la miré con cierta sorpresa.
-Sí, sólo quedé con Niall en una cafetería y charlamos.
-¿Y eso qué es? Es una cita. -le dijo Irene.
-No, charlamos como dos buenos amigos.
-Ya, tú di lo que quieras, pero eso es una cita. -le dijo Irene. -¿A qué sí, Cell? -me preguntó Irene.
-No sé, pero creo que sí. -me puse de parte de ellas.
-¡Genial! ¿Tú también te pones de parte de ellas? -me dijo enfadada.
-No, Lizzie, no te enfades. -le dije.
-No, no. -se levantó de la silla. -Déjame. -y yo intenté darle un abrazo y no me dejó.
-Lizzie, ven aquí. -abrí los brazos para que me diera un abrazo. -¡Qué hemos tenido una cita doble! -y me miró, alzó una ceja y luego me abrazó.
-Es verdad. -nos dijo Gema. -No me había fijado. Una cita doble. -y soltó varias carcajadas.
-¡Eh! No, no. -salió Belén por detrás diciendo esto. -Una cita doble es cuando dos parejas quedan juntas y no por separado. -se hizo la inteligente.
-Ya, Belén, pero si lo ves de otra forma... -le dijo Irene.
-¿De qué forma? -le preguntó Belén.
-Pues que Lizzie ha quedado con Niall, y Celia con Louis. Han tenido una cita cada una.
-¡La manía! ¡Qué lo mío no es una cita! -nos dijo Lizzie. -Es una reunión de amigos y ya está. -nos dijo con cierta molestia.
-Bueno, pero se le puede llamar cita, ¿no? -le dije intentando calmarla.
-Vale. -asintió poco convencida y poco segura. -Si al final vais a conseguir saliros con la vuestra...-suspiró.
-Venid, chicas. -les dije. -¡Abrazo colectivo! -y todas nos abrazamos. Estuvimos así un buen rato, no recuerdo bien cuánto, pero luego la madre de Irene nos llamó para cenar y Lizzie se la veía más animada y tranquila.