[Narra Irene] :
Llegue en seguida a mi casa, y llena de emoción abrí la puerta y me fui corriendo a contarles a las chicas lo qué me había pasado. Encontré a Gema y Belén en el salón charlando y riéndose de algo. Las interrumpí cuando abrí la puerta del salón.
-¡Hola, chicas! -las saludé muy animada y emocionada. -¿Qué tal? -les pregunté sentándome en el sofá junto a ellas.
-¡Hola, Irene! -me saludó sonriente Gema. -Pues bien, ¿y tú qué tal? Te has marchado corriendo de casa y no nos has dicho a dónde ibas.
-¡Ah! ¡Eso! -asentí con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Y esa sonrisa a qué se debe? -le sorprendió a Belén. -Gema, creo que alguien nos tiene que contar novedades. -se miraron con complicidad. Entonces, me crucé de piernas y me aparté el pelo de la cara para explicarles lo qué me había sucedido.
-A ver, chicas... -les empecé a explicar mi gran historia con Harry, es decir, desde la primera vez que lo vi salir del programa hasta cuando me acompañó al taxi.
[Narra Lizzie] :
En diez minutos llegue a la cafetería, pero aún no veía a Niall por ninguna parte. Lo busqué con la mirada por todos los lados y rincones pero no lo encontraba, hasta que de repente, sin previo aviso, alguien me tapó los ojos. Rápidamente me giré para ver quién era esa persona y delante de mí vi unos ojos azules claros y un cabello rubio que se movía con el poco viento que había. Mis mejillas comenzaron a sonrojarse y me empecé a poner bastante nerviosa. Nunca habíamos estado tan cerca el uno del otro y nunca habíamos estado solos.
-¡Lizzie! -exclamó él haciendo aspavientos con las manos. -¿Estás ahí?
-¿Eh? -reaccioné al fin. -¡Sí!
-¿Qué tal estás hoy? -me preguntó risueño.
-Bien, ¿y tú? -seguía ruborizada.
-Muy bien. -asintió sonriente. -¿Habéis visto la entrevista? -y asentí. -¿Qué tal lo hemos hecho?
-¡Fenomenal! -es lo único que se me ocurrió decir en aquel momento.
-Gracias. -me agradeció con una ligera sonrisa y sin dejar de mirarme con esos ojos azules. -¿Qué te parece si entramos?
-Me parece una buena idea. -afirmé. -Es más, a eso hemos venido, ¿no?
-¡Claro! -se rió.
[Narra Cell] :
Me encontraba en Piccadilly Circus a la hora exacta que me dijo Louis, a las cinco y media, y no había llegado tarde. Ahora el que llegaba tarde era él. Estuve esperándolo cinco minutos más hasta que lo vi llegar con su gorro preferido y su skate debajo del brazo. Nos miramos e intercambiamos un saludo amistoso, es decir, chocamos nuestras manos.
-¿Qué hay? -me preguntó chocando su mano con la mía.
-Pues nada en particular. -afirmé. -¿Y tú qué tal?
-¡Genial! -afirmó contento. -La entrevista ha estado espectacular, sobre todo me ha encantado cuando el presentador nos ha sacado a bailar la macarena.
-Sí, eso fue lo mejor del programa. -y ambos nos reímos. Acto seguido me quedé callada durante unos instantes y bajé la cabeza. ¿Por qué me ponía tan nerviosa Louis? ¿Cómo lo conseguía?
-¡Cell! -me llamó. -¿Te pasa algo? -se preocupó por mí.
-¿Eh? No, no. -volví a la realidad. -Estoy bien.
-Vale. -asintió poco convencido. -Pues entonces si estamos todos bien, ¿qué te parece si practicamos un poco con el skate? ¿Lo has traído? -y se lo señalé. -Vale, pues vamos allá. -y dio un salto con su skate, y yo le imité.
[Narra Lizzie] :
Después de entrar en la cafetería buscamos un sitio tranquilo para charlar, y cuando lo encontramos nos sentamos al unísono, uno enfrente de otro. En seguida vino una camarera de pelo largo rubio atendernos.
-¿Qué queréis? -nos preguntó y me fijé que ella no dejaba de mirar a Niall. Llevaba una libretita en una mano y un bolígrafo en la otra.
-Yo quiero una voll damm. -le pidió Niall con una leve sonrisa.
-¿Y tú qué quieres? -me preguntó sin mirarme.
-Una coca-cola, por favor. -le pedí con toda la educación del mundo, y después de apuntarlo se marchó con cara de asco después de mirarme. Entonces, me entró una gran tristeza y pena por esa actitud que adoptó.
-¿Estás bien, Lizzie? -Niall notó en seguida qué me pasaba algo.
-Sí, no te preocupes. -lo tranquilicé. La camarera volvió con nuestras bebidas y nos las sirvió. A Niall le guiñó un ojo y le dio un papel doblado, que debía de contener información, y a mí me sirvió la bebida con la misma cara de repugnancia de antes y se marchó atender a otras mesas.
-Mmm. -me dijo pasándose la lengua por sus labios. -¡Cómo necesitaba esta cervecita!
-Y yo esta coca-cola. -me reí y bebí un sorbo de mi bebida.
-¿Qué te parece si pedimos algo de comer? -me propuso su idea.
-¿Siempre tienes hambre o qué? -le pregunté sorprendida.
-Sí, siempre. -asintió convencido. -¿Es que acaso no me conoces?
-¡Sí! Un poco.
-¿Cómo que un poco? -me miró sorprendido. -Yo, sin embargo, te conozco.
-¿Ah, sí? -lo miré desconcertada.
-Sí. -asintió seguro. -Sé varias cosas de ti.
-Pues desembucha.
-Eres tímida porque una persona extrovertida no se sonrojaría al verme. -y asentí con la cabeza. -Eres muy risueña porque te vi que te reías mucho con tus amigas. -y volví a asentir. -Eres directioner.
-¡Evidentemente! Eso no se duda.
-Yo no lo he dudado.
-¡Ah, vale! -y me reí.
-Ok! -afirmó y continuó. -Eres una buena persona y generosa. También te gusta bañarte en la piscina y me dijiste que te encanta escribir.
-Es una de mis pasiones.
-¿El qué?
-Escribir. ¿Qué va a ser?
-Yo que sé. -se tomó un descanso y se bebió lo que le quedaba de la cerveza. -Creo que necesitaré otra cerveza para decirte todo lo qué sé de ti.
-Tampoco sabes tanto de mí.
-¿Y tú de mí?
-Más que tú de mí.
-Empieza.
-De acuerdo. -asentí y le expliqué todo lo qué sabía de él, desde cuándo es su cumpleaños, dónde nació, cuántos hermanos tiene, cuándo y dónde se hizo famoso, hasta le conté que su mejor amiga era Demi Lovato, bueno, que era una de sus mejores amigas y que hablaban constantemente. Pedimos otra cerveza y otra coca-cola a otra camarera distinta, la que nos había atendido antes ya se había ido, ahora era el turno de otra chica más maja. Además, pedimos patatas fritas, croquetas y patatas bravas, y mientras tanto, nos contábamos cosas personales nuestras y así sabíamos más cosas del uno y del otro. La camarera a la que le pedimos la cerveza, la coca-cola y la comida nos sirvió las cosas amablemente y se fue. Nos comimos las patatas y nos tomamos nuestras bebidas entre risas y tonterías de Niall, ya que su risa era contagiosa y me encantaba escucharla. Cuando acabamos la comida, él pagó todo porque no me dejó a mí pagarlo y salimos de allí haciendo tonterías. Nos hicimos alguna que otra fotografía y me acompañó a la casa de Irene. Nos detuvimos enfrente de la puerta y él se acercó mucho a mí.
-¿Qué haces, Niall? -me aparté un poco de él y lo frené.
-¿Eh? Nada, nada. -se alejó de mí bastante y agachó la cabeza. Se puso su mano detrás de la nuca y se la rascó. -Ya nos veremos.
-¿No quieres entrar? -le ofrecí pasar porque tampoco era tan tarde.
-No, mejor otro día. No quiero molestaros.
-No molestas.
-Ya, bueno... -se sonrojó. -Pero seguro que tenéis que poneros al día y contaros cosas.
-¡Niall! -lo llamé. -¿De verdad no quieres entrar? -volví a insistirle.
-¡Qué no! -negó con la cabeza un par de veces. -Lo he pasado muy bien contigo. Espero repetir esto algún día.
-¡Claro! -asentí con una ligera sonrisa. -¡Adiós! -me despedí alzando la mano y entré en casa. Me dejé caer al suelo y de manera inconsciente sonreí, porque sentía una gran felicidad al salir con Niall. Luego, me levanté del suelo y fui a buscar a las chicas. Les quería contar lo qué me había ocurrido.
[Narra Cell] :
Seguimos practicando con el skate hasta que Louis se fue a sentar a un banco que había por allí cerca.
-¡Hey! ¿Qué pasa? -le pregunté acercándome a él con el skate en una mano.
-¿No tienes hambre? -se levantó y se dirigió a un puesto de helados. -Me voy a comprar un helado, ¿tú quieres uno?
-Sí. -asentí y me senté en el banco dónde estaba sentado Louis. Él volvió con los helados y se sentó a mi lado.
-Espero que te guste el sabor de chocolate. -me dijo dándome mi helado.
-¿Qué dices? Me encanta. -le contesté contenta y repleta de emoción y alegría. Se lo cogí y me lo empecé a comer. -¿Te debo algo?
-No me debes nada. Esto te invito yo.
-Pues gracias. -le agradecí sonrojada. Seguí comiendo mi helado hasta que Louis me quitó algo que tenía en la mejilla. -¿Qué haces? -paré un momento de comer y lo miré.
-Es que tenías una cosa en la mejilla, pero ya te lo he quitado. -se disculpó y luego comenzó a tomarse su helado.
-¿Seguro que me lo has quitado? -le pregunté insegura.
-¡Qué sí! -asintió. -¿No te fías de mí?
-No sé, no sé... -le respondí dudosa. Entonces, él dejó de tomarse su helado para mirarme atentamente. Se acercó lentamente a mí hasta quedarse a dos centímetros de mí, es decir, estaba muy cerca de mí, ya que podía notar su respiración acelerada y podía ver el sudor que le recorría toda la cara en un día caluroso como el de hoy.
-¿Ahora te fías de mí?
-¿Por qué me tengo que fiar ahora y no antes?
-Porque estoy muy cerca de ti y no te he besado.
-¡Ah! Entonces eres un gran caballero. -y él me sonrió. -Sí, se puede confiar en ti. -le comenté con sinceridad.
-Ves, eso era lo que quería demostrarte. -se apartó y volvió a la posición en la que estaba antes tomándose un helado.
-¿Ya te alejas de mí? ¡Qué no tengo la peste! -le dije decepcionada.
-Ya lo sé, boba. -se rió. Se volvió a acercar a mí. -¿Así mejor? -y asentí. Entonces, él hizo algo que no esperaba hacer en ese mismo instante. Al acercarse tanto a mí, chocó su nariz con la mía y no pudo evitar besarme. Fue un beso dulce, cariñoso, afectuoso y largo. La verdad, es que me gustó mucho, y no sólo por el hecho de estar besando a Louis Tomlinson, mi debilidad de One Direction, si no porque él me hacía sentir especial y única y no quería que ese beso se acabase. Pero acabó, y nos miramos a los ojos y nos quedamos en silencio durante diez minutos. Luego, nos acabamos los helados y me acompañó hasta la casa de Irene. Íbamos tranquilamente caminando, y de repente, él me cogió de la mano y lo miré. Ese gesto por parte de él me encantó y me enamoré más de él, más de lo que estaba. Llegamos a la casa de Irene en veinte minutos y nos despedimos en la puerta de su casa. Se puso enfrente de mí y me volvió a besar, pero este beso fue más breve que el primero.
-Te llamaré. -me dijo tirándome un último beso al aire antes de irse calle abajo. Me metí dentro de casa y me fui corriendo a ver si encontraba a las demás para explicarles la cita que había tenido. Estaba tan emocionada y contenta que quería que lo supieran mis amigas.
Las encontré a las cuatro en la cocina riéndose y haciendo tonterías.
-¿Qué hacéis? -les pregunté cuando entré en la cocina.
-Nada, nada. -me dijo Lizzie riéndose. -¿Dónde has estado?
-Si yo os contara...
-Cuenta, cuenta. -me pidió Irene intrigada.
-De acuerdo. -asentí y les expliqué la cita que había tenido con Louis y les dije que me había besado.
-¿Qué? -se sorprendió Gema.
-Lo que oyes, Gema.
-¿Volverás a salir con él? -me preguntó Belén. -Dime. ¿Volverás a verlo? -me dijo una vez más.
-Pues no lo sé. -le contesté dudosa. -Él me ha dicho que me llamará.
-¡Seguro que en seguida te llama! -me dijo esperanzada Lizzie.
-¿Y a qué no sabes quién más tuvo una cita hoy? -me dijo Irene y todas miraron a Lizzie.
-Eso no fue una cita. -nos dijo Lizzie.
-¿Tú? -la miré con cierta sorpresa.
-Sí, sólo quedé con Niall en una cafetería y charlamos.
-¿Y eso qué es? Es una cita. -le dijo Irene.
-No, charlamos como dos buenos amigos.
-Ya, tú di lo que quieras, pero eso es una cita. -le dijo Irene. -¿A qué sí, Cell? -me preguntó Irene.
-No sé, pero creo que sí. -me puse de parte de ellas.
-¡Genial! ¿Tú también te pones de parte de ellas? -me dijo enfadada.
-No, Lizzie, no te enfades. -le dije.
-No, no. -se levantó de la silla. -Déjame. -y yo intenté darle un abrazo y no me dejó.
-Lizzie, ven aquí. -abrí los brazos para que me diera un abrazo. -¡Qué hemos tenido una cita doble! -y me miró, alzó una ceja y luego me abrazó.
-Es verdad. -nos dijo Gema. -No me había fijado. Una cita doble. -y soltó varias carcajadas.
-¡Eh! No, no. -salió Belén por detrás diciendo esto. -Una cita doble es cuando dos parejas quedan juntas y no por separado. -se hizo la inteligente.
-Ya, Belén, pero si lo ves de otra forma... -le dijo Irene.
-¿De qué forma? -le preguntó Belén.
-Pues que Lizzie ha quedado con Niall, y Celia con Louis. Han tenido una cita cada una.
-¡La manía! ¡Qué lo mío no es una cita! -nos dijo Lizzie. -Es una reunión de amigos y ya está. -nos dijo con cierta molestia.
-Bueno, pero se le puede llamar cita, ¿no? -le dije intentando calmarla.
-Vale. -asintió poco convencida y poco segura. -Si al final vais a conseguir saliros con la vuestra...-suspiró.
-Venid, chicas. -les dije. -¡Abrazo colectivo! -y todas nos abrazamos. Estuvimos así un buen rato, no recuerdo bien cuánto, pero luego la madre de Irene nos llamó para cenar y Lizzie se la veía más animada y tranquila.
¡ME ENCANTA! Es genial, de verdad, escribir genial. Espero que el siguiente venga pronto y que Lou llame a Cell pronto, y que Lizzie acepte que lo de Nialler es una cita jajajja.
ResponderEliminarBueno me despido que tengo que pasar por otras novelas. Besos guapas, os quiero xx
Gracias , espero que louis la llame , y que niall se lancé , besos :D
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