Capítulo 6

[Narra Irene] : 

Estaba durmiendo tan plácidamente hasta que un mensaje me despertó.
¡Hola, Irene! ¿Os apuntáis a una tarde de compras y de cotilleos con Alice y conmigo? JEJEJE. Dime algo pronto. Un besito, guapa. Kate. 
Rápidamente le contesté a Kate aceptando su invitación. Luego bajé a desayunar porque un ruido muy espantoso me despertó y procedía de la cocina.
-Pero, ¿qué pasa aquí? -dije entrando en la cocina.
-Nada, nada, que a la loca de Celia se le ha ocurrido hacer pastelitos y se le han quemado. -me explicó Belén.
-La próxima vez me saldrán mejor. -dijo Celia.
-Ya, pero la próxima vez no los hagas en mi cocina, ¿eh? -le advertí. -Déjame probar uno. -y ella me ofreció uno de la bandeja que sacó del horno.
-Yo también quiero uno. -salió Lizzie por detrás diciendo esto.
-Al final os van a acabar gustando, ¿eh? -dijo Celia con una ligera sonrisa en la cara.
-Sólo los cojo porque tengo hambre, querida. -dije sinceramente y le saqué la lengua. Me senté al lado de Gema que estaba leyendo un libro. Una vez que estábamos todas reunidas en la cocina, les comenté la invitación de Kate. -Chicas, ¿qué os parece si hoy nos vamos de compras con Kate y con Alice?
-Por mí bien. -afirmó Lizzie.
-Por mí ningún problema. -asintió Belén.
-A mí me parece bien esa idea. -afirmó Gema cerrando su libro. Y de repente todas miramos a Celia impacientes.
-Conmigo no contéis. -ella se negó.
-Pero, ¿por qué? ¿No quieres ir porque no nos gustan tus pasteles? -pregunté mirándola atentamente.
-Sí, por eso exactamente. -afirmó ella segura de sí misma. -Y no son pasteles, son pastelitos. -me corrigió.
-Vale, lo que tú digas. -asentí. -Tus pastelitos quemados. -y nos reímos las cuatro.
-¡Qué malas amigas sois! -y se dio la vuelta y se fue hacia la habitación.
-¡Cell, espera! -la llamé. -Perdona. -me disculpé.
-Ya, ya. Tú inténtalo arreglar. -dijo ella desde lejos.
-Vale, la próxima vez que hagas pastelitos los puedes hacer en mi casa, te dejo hacerlos aquí.
-¿De verdad? -dijo contenta volviendo a la cocina.
-Sí, interesada.
-Gracias, gorrona.
-¿Cómo? -dije sorprendida.
-Vamos, ¿no me digas que no eres una gorrona? Te comes mis pasteles.
-Tus pastelitos. -le corregí yo esta vez.
-Ya, ya... Pues eso. -asintió.
-Y están para eso, ¿no?
-Claro, gorrona.
-Cállate, interesada y vete a vestirte, que nos vamos a comer por ahí. -le dije dirigiéndome a Celia. -Y vosotras también, vestiros y no os entretengáis. -les dije dirigiéndome a Belén, Lizzie y Gema.
-¡Sí, señor! -dijo poniéndose firme Belén, y nosotras nos reímos por su actitud.

[Narra Cell] : 

Una vez estábamos todas vestidas y arregladas, nos maquillamos las unas a las otras y cogimos nuestros respectivos bolsos.
-Mamá, nos vamos. -se despidió de su madre Irene con dos besos y un abrazo.
-No volváis tarde. -nos advirtió la madre de Irene.
-Tranquila, mamá. Sólo vamos a comer y a pasar la tarde con unas amigas. Sólo eso. -y dicho eso salimos de casa. Gema iba con Lizzie hablando sobre la película de ayer en la televisión, y Belén iba conmigo y con Irene e íbamos haciendo tonterías. Después de caminar un buen rato nos detuvimos y nos sentamos en un banco de un parque.
-¡Celia! -me llamó Belén. -Saca la cámara. -me ordenó y yo la saqué de mi bolso. -Vamos a hacernos varias fotos. -y empezaron a hacerse varias fotos posando y haciendo el tonto, sobre todo hacían tonterías Belén, Lizzie e Irene.
-¡Gema! -la llamé. -Ponte tú también.
-No, déjalo. Yo estoy bien así. -afirmó ella tímida. -Yo os hago las fotos. Ponte tú, Celia. -me dijo risueña.
-Tú también sales, ¿eh? Porque una preciosidad como tú se merece el derecho a aparecer en la foto.
-¡Chicas! Salimos todas y punto. -dijo desesperada Lizzie porque nadie se decidía a hacer la foto.
-Y entonces, ¿quién hace la foto? -dije dudosa. Entonces, Lizzie se levantó del banco, me cogió la cámara y se dirigió a un chico alto y joven que pasaba por ahí.
-Oye, disculpa. -le dijo Lizzie a un chico alto, joven y con unas gafas muy modernas. -¿Nos puedes hacer una foto a mis amigas y a mí, por favor? -le pidió con educación.
-Claro, ningún problema. -él asintió. Nos hizo varias fotos porque dijo que cuando hay muchas se pueden ir seleccionando las mejores.
-Y una cosa, -dijo Belén. -¿cómo te llamas? -se atrevió a preguntárselo.
-¡Ay, perdonad! No me he presentado.
-Estás perdonado. -y él se rió.
-Mi nombre es Raúl. -dijo sonrojado.
-El mío, Belén. -dijo sonriente.
-Yo me llamo Irene.
-Yo, Celia, pero puedes llamarme Cell.
-Yo, Elizabeth, pero nadie me llama así, así que por favor llámame Lizzie.
-De acuerdo, Lizzie. -contestó él tímido. -¿Y tú?
-Gema. -susurró.
-¿Cómo has dicho? -él puso la oreja más cerca de ella para oírla mejor.
-He dicho que me llamo Gema. -dijo un poco más fuerte.
-Ah, vale. -asintió. -Encantado, chicas. -nos sonrió. -Bueno, ya nos veremos...
-Vale, pero danos tú número y ya te llamamos algún día, ¿no? -dijo Irene decidida.
-¿Esta chica es así de atrevida siempre? -nos dijo señalando a Irene.
-Sí, siempre. -le respondí y él se rió.
-¡Ah, vale! -afirmó él. -Apuntad este número. -y Belén apuntó su número en su móvil y luego nos despedimos de él, ya que él había quedado con unos amigos.
-Ya nos veremos. -le dijo Irene cuando él ya estaba en la otra calle.
-Irene, -le dije. -ya no puede oírte.
-¡Jo! Pero es que me había caído tan bien. -dijo desilusionada.
-Ya lo volveremos a ver.
Les seguí haciendo fotos, aunque Gema se escondía e intentaba escabullirse. Pero conseguí hacer una foto en la que salían las cuatro y se las veía muy bien, luego Gema nos hizo una a nosotras cuatro. Después de una hora y media haciéndonos fotos y más fotos, decidimos ir a comer algo al centro comercial.
-¿Dónde comemos? -preguntó Lizzie.
-Pues en un restaurante. -dije con un tono irónico.
-Muy graciosa, Cell. -dijo ella frunciendo el ceño. -No, ahora enserio. ¿Dónde? -volvió a insistir.
-¿Qué os parece en el McDonald's? -sugirió Belén.
-¡Genial! -exclamó contenta Irene.
-Pues vamos. -dijo Gema con una dulce sonrisa. Y acto seguido entramos en el McDonald's y pedimos nuestra comida y la pagamos. Nos sentamos en una mesa dentro del restaurante y nos comimos nuestra comida en silencio. Una vez que ya habíamos comido vimos a unas personas conocidas que estaban entrando dónde estábamos comiendo.
-¡Kate! -la llamó Irene contenta y se levantó y fue corriendo para abrazarla. Luego abrazó a Alice y vinieron hacia nosotras.

[Narra Belén] : 

-Hola. -las saludó Gema con dos besos en cada mejilla y se sentó.
-¡Hola! -las saludé de forma más efusiva que Gema y luego me senté a su lado.
-¿Qué tal estáis? -preguntó Lizzie.
-Bien. -asintieron ambas. -Estábamos dando un paseo por aquí e íbamos a tomar un helado, y mira por dónde os hemos encontrado aquí, ¡qué casualidad! -respondió esta vez Kate, la chica rubia.
-Sí, ¡qué casualidad! -dijo Celia.
-¡Chicas! Sentaros. -les ordenó Irene, y ellas se sentaron enfrente, en las dos sillas que quedaban libres.
-¿Qué helado queréis? -les pregunté para ir a pedirlos.
-Tranquila, Belén. -dijo Alice. -Ya vamos nosotras. -y ella se levantó a pedir los helados para las dos.
-Voy contigo. -le dije y ella asintió.
Estuvimos prácticamente toda la tarde charlando sobre nuestras cosas y sobre la oportunidad de haber conocido a uno de los grupos de música más importantes del mundo, y también les contamos a Alice y Kate que nos habían invitado a una fiesta en una piscina y les dijimos a ellas que podían venir con nosotras.
Seguimos dos horas más en el McDonald's y luego salimos y nos fuimos las siete de compras.
Estábamos en una tienda probándonos ropa, cuando repentinamente vi a alguien conocido con una gorra y unas gafas. Así que decidí acercarme a esa persona.